El presidente Mauricio Macri salió cerca de las 22.25 a asumir la derrota en las elecciones de este domingo y dio por comenzada al período de transición, al punto que reveló que un rato antes había llamado a quien será su sucesor, Alberto Fernández, y que lo invitó a desayunar este mismo lunes en la Casa Rosada.
“Quiero felicitar al presidente electo Alberto Fernández. Acabo de hablar con él, lo invité a desayunar en la Casa Rosada”, fue el textual. La idea, explicó, es “hacer una transición ordenada que lleve tranquilidad. Lo único importante es el futuro de los argentinos”.
Acompañado por Miguel Angel Pichetto, Macri no era el mismo que aquel que se mostró ofuscado con quienes lo castigaron en las Paso. Preparado ya para la derrota, que de hecho no repitió la paliza que sufrió el 11 de agosto, se mostró entero y agradecido. Pero además articuló un discurso en el que ya, de alguna manera, buscó plantarse como jefe de la futura oposición.
De hecho, felicitó a los que los votaron y a los que no, porque se “fortaleció la democracia”, algo que ubicó como un logro de su gestión, que no consiguió resolver los problemas económicos con los que se encontró sino todo lo contrario.
En ese marco, dijo que su gobierno generó “otra forma de relacionarnos, otra cultura del poder, otra forma de escucharnos”. Y llamó a cuidar ese activo “entre todos”.
“Esto recién comienza, más juntos que nunca vamos a estar ahí para defender los valores en los que creemos. En serio todos creemos en la verdad, diálogo, el respeto por el otro, honestidad y decencia”, sumó y llamó a “cuidar la democraciua y la República”.