Los datos oficiales brillaban por su ausencia. Pero cerca de las 22.15, con la seguridad de una derrota contundente que lo deja malherido de cara a la elección de octubre, el presidente Mauricio Macri salió con su compañero de fórmula, Miguel Angel Pichetto, más María Eugenia Vidal (gobernadora de Buenos Aires) y Horacio Rodríguez Larreta (jefe de Gobierno poteño) a reconocer un resultado, en ese momento, sin números.
“Hemos tenido una mala elección”, dijo sin vueltas el presidente. Y llamó a “redoblar esfuerzos” para darla vuelta en octubre.
“Queremos que se fortalezca nuestra fuerza, trabajar juntos para la elección de octubre en la que se definen los 30 años del futuro de la Argenina. Escuchamos el voto de la gente, creemos en la democracia”, dijo y definió como “mensaje claro” el de los votantes.
“Me duele en el alma que haya argentinos que crean que hay que volver al pasado”, lamentó.
Y llamó “a dormir y a empezar a trabajar de nuevo”. En ese sentido, dijo que está dispuesto a hacer lo que haya que hacer para revertir el resultado en octubre y no descartó cambios de gabinete.