Pablo Javkin (Unidos para Cambiar Santa Fe) y Juan Monteverde (Juntos Avancemos) saben que hay mucho en juego. Ambos compiten por un lugar de liderazgo en la construcción de la Rosario que viene y creen que tienen las cartas para la victoria. A dos semanas de las elecciones generales, esta circunstancia electoral puso distancia y tensión en un vínculo que ha sabido enriquecerse con coincidencias en algunos casos, y en otros con la necesidad que preside a cualquier consenso. Esta paz firmada entre el Ejecutivo y el mayor bloque político en el Concejo quedó en el pasado este domingo a la noche, durante el debate de El Tres, en la que tuvieron que tirarse un poco de sal en las heridas a fuerza de despegarse uno del otro.
El más puntual de los invitados fue el diputado Eduardo Toniolli que llegó a Televisión Litoral cuando faltaba un minuto para las 20. Enseguida ingresaron de la mano Juan Monteverde y su compañera y candidata a renovar su banca en el Palacio Vasallo, Caren Tepp. La pareja lucía elegante, él de jeans, camisa y saco azul y ella con un vestido gris, tapado al tono y unos zapatos de taco alto. Se les sumó enseguida la diputada Alicia Gutiérrez, madre de Eduardo Toniolli, quien –como más tarde en el debate Monteverde destacó–acompaña a su hijo por primera vez en un proyecto político, pues él siempre militó en el peronismo y ella viene del Frente Progresista.
Pasados doce minutos de las 20, ingresó el intendente Javkin, vestido con un traje azul y corbata al tono, muy formal hasta en la elección de sus zapatos. Lo acompañaban su secretario de Desarrollo y jefe de campaña, Sebastián Chale, y la presidenta del Concejo Municipal (que también va por la reelección), María Eugenia Schmuck. También su asesor Luciano Olivera y el coordinador de Gabinete, Emanuel Cornaglia. Para entonces, Monteverde ya estaba en la sala de maquillaje y los pasillos del canal repletos de productores, técnicos y fotógrafos enfrascados en la tarea de llevar adelante o cubrir el primer debate político del año. También se acercaron periodistas y fotógrafos de los diarios La Capital y Rosario12. A las 20.17 Pablo Javkin pasó por maquillaje.
La espera de la transmisión, esos escasos 40 minutos que faltaban para las 21, fue una muestra de lo que se vería luego a través de la pantalla. Los equipos de asesores de cada candidato prefirieron permanecer en espacios diferentes de la empresa. Monteverde y los suyos aguardaron en el quincho comiendo algunos sandwiches con agua, gaseosas e infusiones, y los de Javkin en el living de la empresa. Sin embargo, una vez que los candidatos accedieron al estudio, las “segundas líneas” del jefe de gobierno local se unieron a las del concejal en el quincho para seguir palmo a palmo el cruce televisivo. Hubo algunas risas para romper el hielo: quizás, ahí mismo pudieron entrecruzar ideas y propuestas interesantes también.
A las 21 se lanzó al aire Frente a Frente, una emisión especial de Mesa Política, conducida por el periodista Sergio Roulier, quien tuvo que mantener el ritmo al intercambio, sopesar los planteos y sus tiempos, intervenir y reencausar la conversación que tuvo momentos ríspidos y de alta tensión. Ambos candidatos se sentaron a los costados del conductor, pudiendo mirarse a los ojos al tiempo que podían “hablarle” a la cámara.
En el estudio reinaba un ambiente de presión y de tirantez, que emanaba de cada uno de los competidores para el Ejecutivo local y se extendía como una densa nube hacia los bordes, por fuera del foco, en donde los asesores de cada uno mantenían una especie de guardia, un estado de eventual auxilio y también, un acompañamiento espiritual, aunque sin sacar los ojos de sus teléfonos celulares. La excepción fue Tepp, quien sentada en una silla alta, observó cada minuto del entrecruzamiento, con total y absoluta atención.
“No mientas más Juan”, “No hacés tu parte Pablo”, “¿Cuánto cuesta un colectivo Juan?”, “Terminemos con la chatura Pablo”. Los cruces de chicanas fueron de las más diversas. Se tiraron con todo, aunque a Javkin se le notó más el enojo y fue quien usó en algunos tramos un tono más alto, sobre todo cuando lo “pinchaba” a Monteverde por compartir boleta con el kircherismo y el perottismo. Pero no fueron solo reproches, exhibió además una postura casi de docente, de explicarle a su contrincante cómo es esto de estar al frente de una ciudad como Rosario.
Por su parte, Monteverde, aunque con un ánimo más tranquilo y remarcando que no es opositor ni enemigo del gobierno, no dejó de tirar abajo las políticas desarrolladas por el intendente y acusarlo de no hacerse cargo de los problemas de los rosarinos y rosarinas.
La foto de ambos trabajando juntos que desplegó el líder de Ciudad Futura al final pareció un símbolo de paz en medio de la guerra de palabras desatada a lo largo de una hora y algunos minutos más de la emisión. Pero no. Tampoco Javkin, el último en hablar, bajó la guardia cuando mostró a la cámara las boletas de cada alternativa, insistiendo una vez más en la relación del concejal con el peronismo.
El debate finalizó pasadas las 22. Ya fuera del aire, los asesores se reunieron con sus candidatos para abrazarlos y felicitarlos. Javkin se acercó a Monteverde y le dio un beso en la mejilla. Fue algo rápido, sin mirarse, como si ese gesto no tuviese ninguna importancia. No hubo un detenimiento ni un abrazo. Pero tampoco fue un apretón de manos ni un saludo a la distancia. Fue un beso que pareció sellar una relación de respeto mutuo de dos tipos que en otro paisaje, seguramente, estarían parados más cerca que lejos.