Este lunes el intendente Pablo Javkin asumió su segundo mandato. Lo hizo en dos tiempos: primero, en un acto temprano en la vecinal Empalme Graneros, y luego, pasado el mediodía brindó en el Concejo el discurso inaugural de sus próximos cuatro años. Volvió a definirse como “un hijo de Rosario” y aseguró haber entendido el mensaje de las urnas: hay confianza pero falta hacer más, sobre todo en materia de seguridad. Fue una alocución no demasiado extensa en la que destacó lo mucho que se logró hacer a pensar de las adversidades –como la instalación de luces Led y la urbanización de barrio Banana– y lo mucho que se podrá hacer ahora que hay sintonía partidaria con el gobierno provincial. En tal sentido, mostró su apoyo al gobernador Maximiliano Pullaro y “listos para aportar todo lo que esté a nuestro alcance en la batalla urgente por recuperar la paz”. Anunció un Estado más eficiente con trámites “a mano del celular” y un tiempo de austeridad.
“Entendimos el mensaje que nos dieron cuando nos eligieron para gobernar la ciudad por cuatro años más. Nos acompañaron en una primera etapa muy complicada, en la que hicimos mucho pero no todo lo que queríamos. Podemos hacer más. Vamos a hacer más”, prometió de arranque Javkin frente a los concejales, tras los saludos protocolares de rigor.
“A pesar de todo, en estos primeros cuatro años hicimos mucho”, rescató. Y enumeró: cuentas equilibradas, luces leds, “pavimento a nuevo, plazas lindas, revalorización del centro y nuevo Código de Convivencia.
“Hicimos todo eso y mucho más, pero claro que faltó”, reconoció y señaló: “Pero ahora que ya no estamos tan solos, vamos a poder enfrentar en serio el principal flagelo que no nos deja vivir tranquilos. Desde acá, quiero decirle al nuevo gobernador y a todo su equipo, que confiamos y creemos en él y que estamos listos para aportar todo lo que esté a nuestro alcance en la batalla urgente por recuperar la paz”.
Y en un tono muy similar al que usa la nueva gestión nacional, sostuvo que “la calle tiene que que ser para la gente buena” y “que el que las haga, las pague”.
En materia económica y de obras, anticipó un “gobierno aún más cercano, obsesionado con atender los reclamos vecinales más rápido, más sencillo y mejor (…) a mano del celular de cualquier vecino”.
También anticipó un tiempo de austeridad e inversiones sólo en lo “necesario para el funcionamiento de la ciudad”, como “más pavimento, más luces, más plazas, y veredas”.
Prometió más urbanizaciones como las de barrio Banana “para que los vecinos dejen de vivir entre pasillos”, y abrir calles “para que entren las ambulancias, los colectivos y los patrulleros”.
También anunció más instancias de formación juvenil y adelantó que en mayo estará listo el galpón 13 para capacitar a jovenes en programación y lenguajes digitales; y que establecerá en los distritos, la escuela de oficios de la UNR junto a la Universidad de adultos mayores.
“Se viene también una ciudad volcada a la potencia biotecnológica, con las 4300 startups, con la universidad, el núcleo científico y el Conicet, con los laboratorios, las incubadoras bio y las aceleradoras como SF500 y BCR Innova, con las decenas de empresas tecnológicas de nuestro Polo y las industrias líderes como Bioceres, Moolec o Bioheuris. Además viene un ecosistema innovador creando proyectos de triple impacto con un Hub bio en el galpón para darle ventajas comparativas a nuestra matriz productiva”, agregó.
“Quiero una Rosario más justa, más linda, más limpia y más segura”, dijo y cerró: “No va a ser fácil, pero pondré el doble de esfuerzo para que cada vez que nos crucemos por la calle, pueda decirle a mis vecinos gracias por haberme confiado de nuevo el honor de ser el intendente de la ciudad que tanto amo”.