La carrera de Guillermo Ferraro en el gobierno libertario fue una de las más cortas que haya tenido un ministro desde el retorno de la democracia. Hay antecedentes de funcionarios más fugaces, como Silvina Batakis –que duró 24 días en el gobierno de Alberto Fernández tras suceder a Martín Guzmán en el invierno de 2022– y Marcos Makón –que estuvo al frente del ministerio de Desarrollo Social de Fernando De la Rúa apenas ocho días en marzo de 2001–, pero la particularidad de Ferraro es que su salida se dio al principio de un gobierno con altísima legitimidad pese a la situación económica y en un momento menos límite que el que propició el paso al costado de Guzmán; y menos aún que el escenario de 2001.
Eyectado de su cargo este jueves por el presidente Javier Milei tras la filtración de duras declaraciones atribuidas al propio presidente contra los gobernadores, con Ferraro se terminaría el sueño de las privatizaciones “a la chilena”. Ahora posiblemente sea el ministro de Economía Luis Caputo quien concentre en una mega cartera, mucho más abarcativa que la supo conducir el ex candidato presidencial Sergio Massa, las funciones que, en rigor, nunca pudo ejercer Ferraro por falta de recursos.
A poco de ser designado como ministro en diciembre pasado, Ferraro había anticipado su plan para las obras públicas: copiar el modelo de Chile y avanzar en un nuevo esquema de concesiones donde el privado se haga cargo de las obras, sin mucha intervención estatal.
Según sus estimaciones de aquel entonces, la inversión que hay que realizar para "por lo menos poner en valor la infraestructura existente y la nueva" ocupa alrededor de "15 puntos anuales de PBI", algo "imposible de soportar desde el sector público con el presupuesto público".
Quién es Guillermo Ferraro, la primera baja del gabinete de Milei
Ferraro no era nuevo en la función pública. Fue subsecretario de Industria de la Nación entre los años 2002 y 2003, y luego de la crisis de 2001 trabajó en el banco regional Bisel, que luego fue vendido a la banca privada nacional.
Esa no fue su única relación con la política. El licenciado en administración de empresas de la UBA fue presidente del Ceamse durante el periodo 1997-2001, se desempeñó como subsecretario de Informática y Telecomunicaciones de la Provincia de Buenos Aires, fue jefe de asesores de Antonio Cafiero en el Senado y también participó de la Convención Constituyente.
Doctor en Ciencias económicas trabajó los últimos 14 años como director de la empresa KPMG Argentina, una firma global que provee servicios de Auditoría, Impuestos y Asesoría. Desde ese rol, estuvo a cargo de la industria de Infraestructura y Gobierno.
Entre los proyectos que realizó con la empresa aparecen el Túnel Ferroviario Aconcagua (2011-2015), la central Hidroeléctrica de Chihuido (2015-2018), el puerto de cargas de Ushuaia (2016-2017), el ramal ferroviario y estudios de factibilidad de Vaca Muerta (2016) y las PPP para corredores viales (2017-2019).
Docente de carreras de grado y de doctorado en la Universidad de Buenos Aires (UBA), también fue el primer presidente del Ente Movilizador de la Iniciativa Privada, institución desde donde desarrolló la Zona Franca de La Plata entre 1990 y 1991.
Otros ministros fugaces
En el ranking de ministros que duraron poco en su cargo están, además de los mencionados Batakis y Makón, que encabeza el listado, está Ricardo López Murphy, actual diputado nacional, que fue durante 15 días ministro de Economía de De la Rúa en marzo de 2001.
Otro antecedente es el de Miguel Ángel Roig que ocupó Economía por apenas cinco días durante el primer gobierno de Carlos Menem. Su caso es distinto porque no fue destituido ni renunció, sino que murió a causa de un infarto como otro ministro fugaz, Julio Corzo en 1989, dos meses después de asumir como ministro de Acción Social y Salud.