El diputado nacional Enrique Estévez (Frente Amplio Progresista-FAP) no se siente "contento” por haber rechazo el proyecto de Presupuesto Nacional enviado por el gobierno al Congreso y responsabilizó al oficialismo ya que “todo el proceso fue truncado desde el inicio”. No obstante cree que los presupuestos en el país son “una expresión de deseo” y puso de ejemplo “las obras que se incluyen para Santa Fe y nunca se hicieron como las rutas nacionales”. Calificó como “una chicana” la posibilidad de que no se puedan pagar sueldos a los choferes de colectivos por no haber aprobado el aumento a los subsidios en ese marco.
El también secretario general del Partido Socialista de Santa Fe sostiene que su espacio se abrirá al diálogo a lo hora de construir un frente electoral de cara al 2023 aunque todavía no ve liderazgos posibles. Puso como condición un acuerdo para un programa de gobierno y se mostró en contra de los “rejuntes electorales”, categoría que utilizó para castigar al oficialismo provincial: “El gobierno de Perotti es un rejunte, su juntaron todos y ahora no tienen ideas y ni se hablan”.
Estévez (38 años) es uno de los actores en la Cámara Baja como representante de su espacio y forma parte de una camada de dirigentes cuyo mayor desafío es salir de la “lógica del amigo-enemigo” que hace política desde la confrontación y “construir puentes para encontrar soluciones a los problemas actuales”. Horas antes de participar en el tradicional encuentro de jóvenes socialistas en el mes de enero, el legislador habló a solas con Rosario3.
-¿Cómo ve el escenario de enorme paridad que hay en el Congreso?
-Hay poco espacio para encontrar soluciones a problemas gravísimos que tenemos. Hace 40 años que año a año se va perdiendo calidad de vida. Esto requiere de decisiones urgentes que tienen que trascender un gobierno. Hay que construir acuerdos, la confrontación permanente como forma de construir política y la falta de acuerdos están erosionando la calidad institucional de la Argentina que son los que garantizan derechos. No tener un defensor del pueblo hace más de una década, o no tener un procurador general es porque no se logran acuerdos.
-Pero rechazaron el proyecto de Presupuesto del gobierno, ¿eso es una forma de construir acuerdos?
-Lamentablemente los presupuestos en la Argentina son una expresión de deseo. Lo más exagerado es la estimación de la inflación. Otra son las muchas obras del Estado nacional que estaban presupuestadas pero nunca se hicieron como las rutas nacionales. Los presupuestos nacen en la debilidad de la confianza, no marcan un rumbo, porque están basados en expresiones de deseo. El Presupuesto que envió el gobierno implica ajuste, no contempla una mirada federal, propone una administración conservadora de la crisis económica y social, no tiene osadía necesaria para debatir una reforma tributaria. El proyecto entró en septiembre y el oficialismo propone de una semana a otra aprobarlo. Fueron cuatro ministros al Congreso de los veinte. (El ministro de Hacienda) Guzmán reconoció que había proyecciones que no eran exactas. Fue un proyecto que incluso tuvo mucho debate dentro del oficialismo. Igualmente se intentó avanzar sin contar con los votos, con una polarización extrema y en el marco de un clima de agresión.
-El secretario de Transporte de la provincia dijo esta semana que por la falta de aprobación del Presupuesto y de los aumentos de los subsidios es posible que no se puedan pagar sueldos a choferes…
-Eso es una chicana. Porque hace muchos años que el interior manifiesta la necesidad de debatir la distribución de los subsidios y sabemos de la asimetría entre los subsidios del Amba y el interior. Propusimos crear una comisión para establecer un nuevo criterio de distribución y resulta que aparece un proyecto de distribución entre gallos y medianoche. ¿Por qué no nos dimos una semana más para enviarlo a comisión y seguir estudiándolo?
El Presupuesto que envió el gobierno implica ajuste, no contempla una mirada federal, propone una administración conservadora de la crisis económica y social
-¿Trajo ruidos dentro del partido la posición de los diputados socialistas?
-No. Hemos tenido diálogo dentro de las máximas representaciones institucionales incluso dentro del Frente. No estamos contentos porque no hay Presupuesto. El que tiene mayor responsabilidad es el oficialismo. Todo el proceso fue truncado desde el inicio por el propio oficialismo y en un marco de paridad como el que tiene el Congreso hace que un proyecto como ese no salga.
-¿Por qué no sale ley de humedales?
-En materia de ambiente las políticas de Estado deben sostenerse en el tiempo y con consenso político. Los países avanzados tienen planes hasta dentro de 40 años. Argentina no tiene plan. Lo único que propone el gobierno son relatos e improvisación permanente. Necesitamos un plan y ese plan no existe.
-Entonces no es necesaria una ley…
-Necesitamos una ley de humedales, es una condición necesaria pero no suficiente. Necesitamos un proceso de reconversión productiva agropecuaria, arrocera, maderera, minería, de desarrollo inmobiliario. Lo que sucede es un ecocidio y no hay reacción mínima que este a la altura de las circunstancias.
De rejuntes y acuerdos
-Votaron el rechazo al Presupuesto junto al bloque de Juntos por el Cambio (JxC), ¿es una puerta abierta hacia ese espacio?
-Votamos junto a JxC y también al Frente de Izquierda. No basamos nuestras posiciones políticas según el título del proyecto o por lo que vota otro espacio. Hemos votado proyectos con el oficialismo y la oposición. No tomo las votaciones como indicio de un proyecto político.
-¿Hay que abrir los frentes electorales en Santa Fe?
-El FAP es una primera experiencia que va en ese sentido como la inclusión este año de Igualdad y Participación. No tenemos que poner el carro delante de los caballos. Tenemos que dialogar y proponer una alternativa para el gobierno del Frente de Todos que ha atrasado a la provincia. No hay que hacer un rejunte electoral. El gobierno de Perotti es un rejunte electoral, se juntaron todos y no tiene una idea común. Por meses no hubo ministro de Gobierno. No se hablan gobernador y vicegobernadora. No hubo diálogo ni estrategias comunes dentro del propio espacio. Lo mismo sucede en el gobierno nacional y sucedió en el gobierno de Macri. No hay que juntarse para ganar una elección. Se necesita de una nueva mayoría porque los cambios que tiene que hacer un gobierno requieren de una legitimidad mayor y es multipartidaria.
-Pero se necesitan liderazgos y hay que definirlos
-Para eso hay elecciones primarias y mecanismos democráticos. Y ese liderazgo debe definirlo la ciudadanía.
-En este medio se habló de un espacio opositor en la provincia que podría liderar el intendente de Rosario y que esté abierto incluso a otros como por ejemplo dirigentes que hoy están dentro de Juntos
-Nadie puede liderar por sí mismo un proceso. Hay personas que representan ideas y valores que compartimos desde el socialismo y otras que no. Tenemos que tener un programa de gobierno, que hemos construido con el partido de Pablo Javkin, el radicalismo, el PDP y otras fuerzas.
-¿Y el PRO?
- Si el PRO está de acuerdo con el programa de gobierno, ellos tomaran una decisión. No debemos basar las propuestas en estigmatizaciones, tenemos diferencias con quienes están afuera y dentro del Frente. No nos asustan las diferencias. Debemos ir por un proyecto progresista que se puede reeditar y solucionar los problemas de la ciudadanía.
-¿Javkin gobierna sin el socialismo?
-El gobierno de Javkin es un gobierno del Frente Progresista. Y fue una continuidad de ideas y valores en el marco de un gobierno. Lógicamente podemos tener miradas distintas en temas puntuales. Es un gobierno abierto, transparente y que sostiene el rol de un municipio y representa las bases del Frente Progresista
-¿Cuál es el debate que se están dando dentro del partido?
-El socialismo siempre entendió que solo no se puede, que hay que sumar. Somos un partido frentista, de construir coincidencias desde las diferencias. El socialismo no es un partido cerrado, es un partido que tiene que construir un nuevo tiempo y eso tiene que ver en cómo representamos las mismas ideas y valores con nuevas propuestas concretas que la gente acompañe junto a compañeros que son una nueva referencia como los intendentes. El socialismo tiene que trabajar y pensar en el futuro y no repetir mecanismos y recetas del pasado.
Somos un partido frentista, de construir coincidencias desde las diferencias
-¿Cuál es el mayor desafío de la política?
-Salir de la lógica amigo/ enemigo y eso requiere de una nueva generación de dirigentes que encuentren alternativas para salir de los pantanos en los que estamos y construir puentes. Mirar con el espejo retrovisor para ver quién es el menos malo nos atrasa.
-¿Y eso es posible en este escenario de polarización?
-Hay más diálogo del que aparece. Lo que pasa es que hoy se quiere sacar ventaja en la coyuntura y la ventaja se hace en base a la confrontación. Ese es el problema.
-¿Qué nombres o proyectos apuntan en ese sentido entonces?
-Un ejemplo es el de Rosario. Cuando gobernamos sin mayoría en el Concejo, los diálogos fueron y hubo acuerdos con todos los sectores. Hay que dialogar con todo el mundo para buscar acuerdos y soluciones.