Este domingo por la noche cuando salió a festejar la victoria en las Primarias nacionales, Javier Milei mencionó seis nombres y muy especialmente uno: El Jefe, así le dice a su hermana Karina, dos años menor que él. Los otros cinco son sus “hijitos de cuatro patas”, sus mastines ingleses Conan, Murray, Milton, Robert y Lucas.
Karina Milei es la persona de máxima confianza del líder de La libertad avanza, y responsable en gran medida de la performance electoral del domingo. Fue la que le propuso sortear todos los meses su sueldo de diputado y quien lo puso en la carrera electoral ya en 2021. Funciona como un filtro. “Hablá con Karina que es como hablar conmigo”, suele decir Milei ante quienes buscan contactarlo, según apuntó La Nación. Es su asesora de imagen, consejera política y apoyo emocional.
Hace pocos días Milei señaló que “si yo fuera presidente, creo que mi hermana jugaría el rol de primera dama”. E incluso reveló que “uno de los chistes que nos hacemos es que yo hice todo esto para que sea primera dama”.
Karina Milei tiene 50 años, dos menos que Javier que cumplirá los 53 el 22 de octubre, el mismo domingo de las elecciones generales. Es relacionista pública, organizadora de eventos y le gusta pintar y cocinar.
Como su hermano, no tiene hijos. Vive en una torre en Vicente López, a pocas cuadras de sus padres a quienes logró reconciliar con Javier después de casi una década. “Para mí están muertos”, solía repetir Milei sobre Norberto y Alicia, que lo criaron, de acuerdo a lo publicado por un perfil del diario El país, entre palizas y abusos verbales. Durante la pandemia incluso, los hermanos Milei se mudaron con sus padres para cuidarlos.
Norberto era colectivero y Alicia ama de casa, pero los verdaderos pilares del candidato presidencial eran su abuela materna y su hermanita.
“Siempre uno tiene que tener alguien a quien reportar. En mi caso yo reporto a mi hermana”, dijo Milei en LN+, después de ser elegido diputado, en 2021. Hoy, Karina sigue siendo El Jefe.