El presidente Alberto Fernández volvió a hablar sobre la intervención de la firma Vicentín. Afirmó que la medida fue tomada para "rescatar" la cerealera y para que no termine "extranjerizada" por la cantidad de acreedores del exterior que tiene. "Lo que más deseo es que sea la única empresa que se expropie", expresó al tiempo que agregó que "hubo irregularidades en la gestión (de la compañía), que van desde vaciamiento hasta lavado de dinero".
Fernández explicó que busca "rescatar" la empresa Vicentín y que el término expropiación surge "por la aplicación de una ley. Estamos rescatando a una empresa que está en crisis. Está en un precipicio. La queremos rescatar porque hay solo siete cerealeras en Argentina y cuatro de esas son extranjeras. La explotación cerealera es el 15 por ciento de los ingresos públicos. Nos permitiría como país tener una empresa, en un mundo donde el tema alimentario se vuelve central por la pandemia".
"Lo que más deseo es que sea la única empresa que se expropie. Porque la expropiación es un hecho traumático para el Estado y para el que la padece. La expropiación solo puede ser entendida con criterio excepcional. Cuando me hablan de Venezuela...Ahí se expropiaron empresas prósperas. Respeto mucho la propiedad privada", dijo el mandatario en diálogo con LT3 de Rosario.
En ese marco, señaló que Vicentín "dejó colgado a 2.600 productores. Tuvo un prestigio muy grande y que sea rescatada puede servirle al Estado". Para Fernández, "la bomba (la noticia sobre la intervención) no explotó el lunes. Explotó hace tiempo, cuando Vicentín dijo que tenía estrés financiero y no podía asumir sus compromisos y presentó concurso de acreedores".
"El problema existe desde entonces y desde antes, desde el tiempo que (la firma) tomó créditos a diestra y siniestra y después se hicieron imposibles de cumplir", añadió.
Según dijo el presidente, los directivos de Vicentín protestaron por el término "expropiación" a la hora de tomar la medida. "¿Cuál es la alternativa? Querían que YPF comprara acciones. Ahí viene un impedimento ético. No hablamos de una empresa próspera donde el Estado hace una inversión. Es una empresa en concurso preventivo de acreedores que difícilmente se salve sola".
"Reclaman que el Estado se haga cargo de la empresa, pero no de este modo. Si compramos el 60 por ciento de las acciones, ¿Cómo explicamos a la gente que hicimos todo eso con todos los planteos de supuestas irregularidades que hay sobre la gestión de Vicentín que van desde vaciamiento hasta lavado de dinero?", sostuvo y amplió: "Es el dinero de los argentinos, hay que manejarlo con transparencia. ¿Cómo digo que salvé a Vicentín y no a la aceitera Cañuelas que quebró, cómo lo explico?".
"El único camino que tenemos es la ley de expropiación, hacernos cargo. No es llevarse la empresa sin pagar nada. Es tomar la empresa, tasar los activos y pagar lo que corresponde, obviamente, deduciendo las deudas que uno termina asumiendo", comentó.
Sobre la decisión tomada, remarcó que "el 40 por ciento de los acreedores de Vicentín son externos. Eso precipitó nuestra atención. Esos acreedores conformaron un comité liderado por un organismo que depende del Banco Mundial. Cuando se hace eso vamos camino a que los acreedores capitalicen la deuda de la empresa, es decir, la extranjerización. Es algo que me preocupa. El mercado cerealero en la zona del litoral es importante, no podemos dejar que crezca la extranjerización".
"Quiero que la empresa sea lo que fue. Argentina la necesita funcionando a pleno", enfatizó.
Respuesta a la oposición
"Ahora aparecen los que hacen todo fácil, los que hacen política por Twitter, que dicen que somos Venezuela. Miren. No soy socialista. Soy peronista y creo en el capitalismo más justo y mejor distribuido. Creo en el empresario que invierte, da trabajo y gana dinero. La verdad, yo quisiera que el Estado no tuviera que intervenir, pero hablamos de un sector sensible como el cerealero. Estamos trabajando en defensa del productor que quedó colgado y nadie le está pagando ni dando respuesta. Si no, favorecemos la concentración del mercado en perjuicio de los productores", apuntó.
La negociación por la deuda externa
"Estamos trabajando para buscar un acuerdo con los acreedores. Necesitamos que sea sostenible. Esto quiere decir que lo pueda pagar la Argentina, que el costo no sea o implique mayor esfuerzo de sectores a los que no podemos pedirle más esfuerzos. Con esa lógica seguimos negociando", explicó.
El jefe de Estado contó que mantuvo diálogo con el presidente mexicano José Manuel López Obrador para que hable con algunos acreedores que tiene el país. "Quiero solucionar la deuda. No para el gobierno de Alberto Fernández, sino para la Argentina. Que se cumplan las obligaciones externas de una manera razonable", finalizó.