El presidente Alberto Fernández dijo este lunes que el aislamiento obligatorio "va a seguir", aunque se analizarán las actividades que puedan ser flexibilizadas.
"No podemos terminar la cuarentena; vamos a ver qué actividades podemos flexibilizar", declaró el mandatario nacional y añadió que las clases no van a volver pronto.
“A los que quieren apresurarse les digo que si a una fábrica entra alguien con coronavirus enferma a todos los trabajadores y la fábrica no podrá funcionar. Si mañana largamos a todo el mundo a trabajar, sería un enorme caos. Hicimos un enorme esfuerzo pero no debemos perderlo. Elijo que la economía espere y cuidar a los argentinos”, dijo el presidente.
Luego expresó que las definiciones sobre cómo levantar la cuarentena se resolverán en conjunto, con los gobernadores y escuchando a los especialistas.
“Estamos haciendo mas lento el contagio para poder atender los casos, pero vamos a pasar momentos dolorosos. Cuanto más demoremos la cuarentena más tiempo ganaremos para fortalecernos en insumos”, indicó Fernández.
“Vamos a tener una caída de la economía pero vamos a salvar muchas vidas. Nos vamos a poder levantar otra vez”, dijo el mandatario nacional.
Luego, consultado sobre el proyecto de legisladores oficialistas para cobrar impuestos a los grandes grupos económicos, el presidente dijo que “un aporte extraordinario de las grandes fortunas podría pensarse”. Sin embargo, reconoció que “es un tema que debe resolver el Congreso ya que el presidente no puede poner impuestos”.
Por otra parte, Fernández admitió que el gobierno cometió un "error" el viernes pasado con la apertura de bancos pero también advirtió que "se mezclaron muchas cosas" en el pago de pensiones no contributivas.
"Evidentemente que hubo un error nuestro, sin ninguna duda pero también hubo mucha gente que vio los bancos abiertos y se volcó a las entidades. Fue todo el mundo a los bancos”, dijo el mandatario nacional y aseguró que la situación le hizo pasar al gobierno “un trago amargo” pero “en 24 horas reaccionamos con la ayuda de intendentes oficialistas y opositores”.
Finalmente, sobre los sobreprecios pagados para la compra de alimentos del Ministerio de Desarrollo Social, el presidente dijo que cree “en la honestidad de Daniel Arroyo quien abrió una investigación para ver qué paso”.
Luego dijo que “empresas se plantaron en no bajar los precios y él (el ministro Arroyo) optó por alimentar a la gente”.
“Si hubo un acto de corrupción el primero que perseguirá al corrupto será el presidente. No tengo intención de apañar a ningún corrupto en mi gobierno”, dijo Alberto Fernández.
En ese marco, acusó una “situación de cartelización de los productores de alimentos” y dijo que ordenó que “ninguna compra se podrá hacer sin respetar los precios máximos del gobierno”.
“Cómo alguien se le va a plantar al Estado y decirle «no te vendo si no me pagás lo que quiero», y más en una situación como ésta”, se quejó el mandatario nacional.