Un taxista fue imputado ayer por haber hecho del 26 al 28 de octubre pasado tareas de inteligencia para que un sicario mate a balazos a Carlos A., imputado en la causa por asociación ilícita de Esteban Alvarado y a su vez testigo en esa investigación. El ataque finalmente se ejecutó con los datos aportados por el chofer del servicio público, pero en enero, y la víctima resultó ilesa. El que planificó el asesinato es un pesado del hampa, apodado "Chucky Monedita", que se encuentra preso en la cárcel de Piñero por una condena por un homicidio ocurrido en enero de 2015.
La acusación de los fiscales David Carizza y Luis Schiappa Pietra expuso cómo se digitan crímenes desde la cárcel con facilidad. También, quedó evidenciado que cualquier persona está a segundos en Rosario de ser asesinada por error o como mensaje hacia el real destinatario del ataque.
Alejandro Núñez, conocido como "Chucky Monedita", es un joven pesado del hampa que está involucrado en balaceras y crímenes. Actualmente está en el pabellón 4 de Piñero junto con Mauricio y Jorge Laferrara, imputados en la causa de Esteban Alvarado. Se sospecha que alguno de los Laferrara pudo ser quien encargó a Núñez la tarea de planificar el homicidio, aunque no se descarta una posible participación del propio Alvarado.
"Chucky Monedita" escogió a Jonatan Ribles como sicario para el crimen. El gatillero, de acuerdo a las intervenciones telefónicas mostradas en la audiencia, aguardó en inmediaciones del taller mecánico de la víctima el momento para "atacar a la presa", según él mismo comentaba. Esas tareas fueron hechas entre el 26 y el 28 de octubre del año pasado en Felipe Moré y Vélez Sarsfield.
Ribles no fue quien gatilló contra Carlos A. por cuatro cuestiones: porque Carlos A. cuenta con custodia; porque al desplazarse en su auto tiene un aceitado conocimiento de cómo darse cuenta cuando lo persiguen; porque el día que iba a cometerse el asesinato, el sicario se despertó tarde; y porque Ribles fue detenido con dos armas en un procedimiento policial.
"Vos vas, te quedás un toquecito y te vas, boludo. Si lo vas a esperar, esperalo. Hoy estaba regalado y no estabas, boludo. Si vos te levantabas a las 7, hoy a las 10 de la mañana ya estábamos contando la plata", le reprochó Chucky a Ribles por no cumplir con el encargo.
Ribles no pudo cometer el homicidio, pero se valió del taxista Jorge Inocencio Ojeda para recibir información de cada movimiento de Carlos A. cuando él no estaba. Entre el chofer de taxi y el sicario intercambiaban Whatsapp que fueron volcados en la audiencia como prueba de la participación de Ojeda.
Entre las evidencias, el GPS del taxi muestra que el auto en lugar de prestar el servicio público estuvo detenido en inmediaciones del taller de Carlos A. Al chofer le dieron prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, según la resolución Gustavo Pérez de Urrechu.
"Ya fue. Hoy le mando al viejo con San Pedro", se jactó el gatillero el 26 de octubre por la mañana, aunque luego no logró con su cometido. Al día siguiente, fue al taller con su moto para supuestamente hacer un cambio de aceite, pero se encontró que no estaba su "objetivo". "Cumpa, no está (Carlos A.). Si querés, le doy, pero es el empleado", le dijo Ribles a Chucky vía Whatsapp y adjuntó una foto con el trabajador de espaldas. Luego le escribió: "¿Le doy a este o quemo todo?".
Ribles finalmente fue detenido el 28 de octubre con dos armas de fuego en un procedimiento policial y luego fue imputado por el fiscal Pablo Socca. Actualmente, se encuentra en prisión preventiva efectiva.
El ataque a tiros efectivamente se llevó a cabo, pero a finales de enero pasado en Gaboto al 5500, cuando Carlos A. se desplazaba en su auto con su familia. El auto recibió tres tiros y todos los ocupantes resultaron ilesos. Tras esa balacera fue aprehendido y acusado Gabriel González como el autor de los disparos. Otras dos personas fueron arrestadas en el operativo policial en Cafferata al 2700 y fueron imputadas por hacer apoyo logístico y quedaron en libertad.