La Justicia federal de Rosario comenzó a juzgar desde este miércoles a la mañana a nueve personas acusadas de tener vinculación con el cargamento de 1.658 kilos de cocaína que fueron secuestrados el pasado 26 de agosto en allanamientos ocurridos en la ciudad, en República de la Sexta y en Empalme Graneros. En la primera jornada del debate oral y público se dieron a conocer detalles de dónde practicaron la maniobra de introducir los panes de droga en los pellets de maíz, y los lugares que fueron clave para intentar llevar adelante la operación que iba a concretarse desde el puerto local cuyo destino era Dubai y luego España. A la luz de los hechos, se trató de una estructura que manejaba altos volúmenes de estupefacientes con bajo perfil.
Los dos principales cabecillas de la organización son integrantes de un cartel colombiano y no participan en este debate oral y público que se lleva a cabo ante el Tribunal Oral Criminal Federal N° 3. Uno es Gabriel Jaime Londoño Rojas, quien fue detenido a finales de noviembre del año pasado en los Emiratos Árabes Unidos y está a la espera de los trámites de extradición para ser juzgado en Argentina, y Álvaro Antonio Ramírez Duque, quien cayó en mayo pasado en la localidad madrileña de Leganés y también está bajo proceso de extradición.
Los que sí llegaron al banquillo de los acusados fueron Luciano Nicolás Argüello (con domicilio registrado en Funes), Marco Rodrigo Páez, Gabriel Andrés "El vecino” Nicolau, Lucas Eduardo Hitters, José Damián “Tano” Sofía (quien se hacía llamar “Roberto”), Gastón Ariel Sofía (hijo del Tano, a quien llamaban “Walter”), Fabián Héctor “Mono” Crucianelli, Oscar Alfredo Rossi y Osvaldo Enrique Gorosito.
Según la investigación realizada, todos formaron parte de una organización que se dedicaba “primordialmente” al contrabando de droga en el orden internacional entre febrero y agosto del año pasado, cuando se hicieron los operativos.
El allanamiento principal fue en un galpón de Génova al 2400, donde se incautaron 1515 kilos de cocaína, todos con el logo de Louis Vuitton. La mayor parte (1.259 paquetes) fueron hallados dentro de 14 bolsas “big bag” que habían sido insertadas dentro de pellets de maíz. Otros 54 panes fueron hallados en un doble fondo de una camioneta Lifan Foison que estaba estacionada en el lugar.
Otros 143 kilos de cocaína fueron secuestrados en otro galpón, situado en Cerrito al 100, a pocas cuadras de la Terminal Puerto Rosario. Se supone que ese lugar era utilizado como punto logístico para esconder droga que posteriormente era sacada a través del puerto.
La operación que iba a concretarse desde la ciudad iba a canalizarse a través de la firma “Pepe Cereales S.A.”, que comenzó a usarse para hacer exportaciones a España, a la empresa “Agrícola Beniel S.L.” –investigada en distintas ciudades por contrabando de droga– con el objetivo de “conseguir habitualidad ante las autoridades aduaneras y crear condiciones más flexibles para los futuros envíos infectados con material ilícito”. Tal fue así que el 5 de julio del año pasado se mandaron tres contenedores con 60 toneladas de pellets de maíz que fueron transportados en la embarcación “Capitán San Maleas”.
La persona que realizó las gestiones para conseguir los pellets de maíz en “Pepe Cereales S.A.” fue, a criterio del Ministerio Público Fiscal, José “Tano” Sofía, quien se hacía pasar por el nombre de “Roberto”. En tanto, su hijo Gastón hizo las comunicaciones digitales con España, quienes envió correos electrónicos con las facturas y los distintos requerimientos de la compañía europea.
Si bien “Tano” Sofía asoma en la causa como un presunto organizador, un escalón arriba suyo se encuentra Gabriel Nicolau, quien oficiaba de nexo con Londoño Rojas.
Según el expediente, no hay dudas de que el encargado de las maniobras para instrumentar el acondicionamiento y ocultamiento de la droga fue Álvaro Ramírez Duque, quien al pisar suelo argentino fue trasladado por “El vecino” Nicolau a Rosario, precisamente al galpón de Génova al 2400 y a un taller mecánico situado en Roberto Arlt y Julio Marc, en inmediaciones de Oroño y Uriburu.
En el taller mecánico, de acuerdo a los indicios de la investigación, “infectaron” la carga con cocaína. En ese accionar también estuvieron involucrados Marco Rodrigo Páez, Lucas Eduardo Hitters y Osvaldo Enrique Gorosito.
Por su parte, Luciano Argüello fue el encargado del cuidado de los domicilios de la organización en Rosario donde se alojó Ramírez Duque y Nicolau durante la estadía.
Reuniones, comunicaciones y nueva exportación
La reunión más importante de la estructura narco se concretó el 22 de junio del año pasado en una casa ubicada en el lote 183 del barrio privado “Aguadas” de Funes que había sido alquilada temporalmente por Páez. Allí, participaron “Tano” Sofía –que ingresó con el nombre de Roberto Melchori–, Nicolau, Rossi, Páez y Hitters, según se desprende del expediente.
En julio, luego de ese cónclave, Sofía volvió a contactarse con la empresa española para hacer una nueva exportación de pellets de maíz, que sería de seis contenedores. “Tano” ya había pensado su jugada: el cargamento ya estaba en Rosario “infectado” con la cocaína y desde allí, según expresó, debía salir.
Para hacer las maniobras con el cargamento, a finales de julio de 2022 Nicolau y el colombiano Ramírez Duque fueron a un centro comercial de Once, en Buenos Aires, y compraron guantes, zunchos y papel carbónico. Después, fueron a Funes y se alojaron en un domicilio situado en Tandil al 2400, donde residía Argüello. Al día siguiente, fueron al galpón de Empalme Graneros y continuaron la recorrida hasta el taller mecánico ubicado en la intersección de Marc y Arlt.
En Rosario, Ramírez Duque y Nicolau fueron a un restaurante para encontrarse con Gorosito y Páez, quienes llegaron al convite en una Amarok. Los cuatro luego se dirigieron al taller mecánico y después al galpón de Génova al 2400. Horas más tarde, Páez y Gorosito se alojaron en el Hotel Howard Johnson mientras que Ramírez Duque y Nicolau regresaron a la casa de Funes.
Durante varios días, los cuatro mencionados concurrieron a Génova al 2400, a veces acompañados por Hiterrs. En el transcurso de las tareas, agentes de inteligencia pudieron observar desde el exterior (porque a veces dejaban el portón abierto) que había bolsones cargados sobre pallets de madera, una situación que había llamado la atención. Todos dejaron Rosario el 28 de julio, cuando partieron nuevamente hacia Buenos Aires, donde mantuvieron una reunión en un bar de la capital federal.
Una vez finalizada la “infección” de la carga, Ramírez Duque se tomó un vuelo el 1° de agosto rumbo a Bolivia. Desde entonces no hubo más noticias sobre él hasta su arresto en España que tuvo lugar en mayo pasado.
Sin embargo, iba a ocurrir algo que no estaba en los planes. Los tres contenedores de pellets de maíz que había enviado la banda a España en julio de 2022 llegaron en estado de putrefacción y tuvo que ser destruido por las autoridades de ese país. Eso generó nuevas reuniones y comunicaciones para tratar de cambiar el tipo de mercadería a exportar. Eso hizo que Nicolau venga a la región y se hospede en una cabaña de Victoria, Entre Ríos. Pero ya era tarde, la Policía Federal y la Justicia federal de Campana ya habían avanzado mucho sobre la investigación y dos días después iban a secuestrar la carga más importante de cocaína que se recuerde en las últimas décadas en Rosario.