Pasaron cinco días del triple crimen del casamiento en Ibarlucea, un hecho para el que cuesta encontrar palabras para describirlo con certeza, pero que habla a las claras del nivel de violencia y desenfreno que reina en la disputa de la narcocriminalidad en Rosario y su zona de influencia. Con el paso de las horas y la profundización de las investigaciones, siguen surgiendo detalles escalofriantes de un triple asesinato que, por si acaso todavía no se tuvo conciencia de ello, fue acribillada a balazos una beba de un año y medio. De los testimonios recogidos por el fiscal Gastón Ávila, impacta el papel que jugó la novia Brisa Leguizamón, que ahora está prófuga, y el meteórico ascenso económico de “Maxi Rey”, el hombre que fue cocido a balazos cuando estaba al volante de su Audi TT y se retiraba con su familia de la fiesta en Campos de Ibarlucea.
Sangre en el vestido blanco
Uno de los detalles más escalofriantes que surge de la declaración de la novia ante el fiscal, tiene que ver con la horrible muerte de la beba Elena Giménez y del papel que jugó la propia Brisa Leguizamón en ese dantesco escenario. La mujer que había contraído matrimonio un rato antes, fue quien sacó el cuerpo acribillado de la nena del interior del auto, en un intento desesperado por salvarla. Incluso manifestó que el vestido blanco quedó manchado con la sangre de la chiquita.
Brisa Leguizamón Ferreyra, la flamante esposa, fue una de las primeras personas en llegar a la escena del triple crimen. Incluso fue quien sacó el cuerpo de la beba del interior del Audi TT de los padres, Érica Romero e Iván Maximiliano Giménez -conocido como “Maxi Rey” o “Pala”- que también estaban muertos por los impactos de las balas que salieron de una camioneta Amarok, que emboscó a la familia a la salida del casamiento.
Es que la brutal emboscada fue a metros del salón de fiestas en el que todavía había música, baile y festejo. La pareja y la beba fueron abordados apenas salían del predio. “Maxi Rey”, ya herido de muerte, dio la vuelta en U e intentó regresar hacia el salón, pero su vida se apagó en ese momento y el Audi se incrustó en el zanjón. Por eso, muchos invitados a la fiesta observaron la dramática escena y por eso también la novia fue una de las primeras personas que asistió a las víctimas.
Brisa también le comentó al fiscal Ávila el domingo pasado que uno de los disparos había impactado en la cabeza de la niña. Luego el funcionario judicial recibió el preinforme de la autopsia sobre el cuerpo de la nena, que coincide con los dichos de la novia sobre la zona en que la víctima recibió los impactos. El cuerpo de la beba tenía seis orificios de arma de fuego, aunque fueron cuatro los disparos que impactaron en su cuerpo.
Hoy la pareja que se casó está prófuga. El abogado de Brisa -que no es el mismo que el del novio- asegura que su clienta no se entrega porque “tiene miedo de que la separen de sus dos hijos pequeños”. La orden de captura que fue emitida por el Tribunal Oral Federal N° 1 de Rosario. Ambos se encuentran procesados desde mediados de 2019 por formar parte de la presunta organización narco liderada por Olga “Tata” Medina, quien fue condenada por regentear las zonas de La Florida, La Cerámica y Parque Casas, barrios del distrito norte de la ciudad.
Plata dulce
Otro de los detalles que llama muchísimo la atención, es el fugaz ascenso económico que tuvo Iván Maximiliano Giménez, alias “Maxi Rey”, el hombre asesinado cuando salía del casamiento con su pareja y su pequeña hija. Y todo indica que el vertiginoso crecimiento de capital de “Maxi Rey” tiene su epicentro en el negocio narco en Rosario.
Iván Maximiliano Giménez pasó de vivir, en poco tiempo, en una zona vulnerable del distrito oeste de Rosario a las imponentes torres de Puerto Norte. Al momento de su asesinato, tenía tres propiedades en construcción. Lo curioso es que su actividad blanqueada era “trabajo de panadería”.
El fiscal Gastón Ávila presume que, al momento de ir al casamiento, Giménez se sabía en problemas. Fue a la boda en un Audi TT, automóvil que no utilizaba a menudo. Esa pista podría evidenciar que sospechaba de una emboscada fatal. Además, no se descarta que alguien haya avisado desde el interior del salón de eventos que “Maxi Rey” se retiraba con su esposa y su hija. Del cuerpo del narco asesinado se sacaron 13 plomos, aunque tenía unos cuantos orificios más de arma de fuego.
La trama narco detrás del horror
Más allá de los macabros detalles del triple crimen, en la base de la investigación está el verdadero motivo de este hecho, que podría ser una venganza por el “cambio de banda” de “Maxi Rey”, el narco asesinado junto a su pareja y su pequeña hija. Una de las hipótesis que maneja la Fiscalía es que el cerebro habría sido el presunto jefe narco Esteban Alvarado, aunque es la única línea investigativa. “Podían arrastrar problemas de vieja data”, comentó el fiscal en conferencia de prensa.
Se cree que Iván Maximiliano Giménez había manejado dinero relacionado al narcotráfico de alguien vinculado a Alvarado y luego se habría “pasado de bando”. Y ese bando sería nada más y nada menos que el de Los Monos, organización en permanente disputa con la banda de Alvarado.
La pareja que se casó en Campos de Ibarlucea integraría la banda de “Tata” Medina, que hace tiempo acordó zonas de venta con Los Monos. Por eso había personas vinculadas a esa organización en la fiesta.
En el último tiempo “Maxi Rey” empezó a manejar dinero narco de altos volúmenes con su socio Leonardo S., conocido casualmente como “Leo Rey”, quien fue detenido en marzo del año pasado en Villa Banana con 30 kilos de marihuana y un kilo de cocaína. Su detención se dio a través de la intervención de la Prefectura Naval de Zona Bajo Paraná.
Iván Maximiliano Giménez estaba en el radar de la Justicia federal hacía tiempo. No solo por ser socio del presunto narco “Leo Rey”, sino también por su impactante crecimiento económico, que se evidenciaba en el lugar al que se había mudado, las propiedades que estaba construyendo y los vehículos en los que se movía.
El “pase de bando” de “Maxi Rey”, que está en el telón de fondo del triple crimen, quedó retratado en la foto del propio casamiento, donde el narco luego asesinado estuvo en un mismo evento con integrantes de la familia del líder de Los Monos Ariel Máximo “Guille” Cantero y los novios, procesados por formar parte de la banda de “Tata” Medina.