Un preso vinculado con la banda de "los Gorditos", surgida en barrio Tiro Suizo, fue hallado muerto este miércoles tras acordar una pena de 4 años por reclutar desde prisión tiratiros para esa banda narco, liderada por Brandon “Gordo” Bay.

Sebastián Aguirre (33), ex cuñado del jefe de la banda, fue condenado por el delito de asociación ilícita y por una sentencia anterior se unificó la pena en 7 años de prisión.

La pena quedó establecida mediante un procedimiento abreviado que acordaron los defensores de Aguirre con el fiscal Pablo Socca, quien investigó a los Gorditos en una causa que ya tiene ocho condenados y varios imputados.

Luego de firmar la condena, Aguirre, que estaba preso en el penal de Coronda, se ahorcó con una remera mientras esperaba a ser reubicado en esa prisión, indicaron fuentes del Servicio Penitenciario (SP).

Según el SP, Aguirre fue alojado en una llamada “jaula de seguridad” de unos de los pabellones, pero a las 20.15 el guardia del sector notó una “actitud sospechosa” del detenido, tras lo cual se acercó para observar que estaba colgado del cuello con una remera a modo de horca.

Siempre según la misma fuente, el agente accionó la alarma y luego ingresó para retirar al muchacho, que ya estaba con signos vitales “agónicos”. Lo llevaron hasta la unidad médica del penal, le realizaron maniobras de RCP y de inmediato lo trasladaron en ambulancia hasta el Samco local. Allí, a las 20.38, constataron su fallecimiento.

Logística desde la prisión

 

De acuerdo con la acusación, Aguirre realizó a mediados de 2020 "tareas que le indicaban tanto Brandon Bay desde su lugar de alojamiento como Aldana Bay (su ex pareja)", mientras estaba preso por una causa anterior.

Según la acusación del fiscal, las tareas que desarrolló Aguirre en la organización criminal consistían en “organizar atentados con armas de fuego, realizar gestiones para integrantes de otras bandas delictivas que sirven de apoyo a la de Bay, proveerles recursos materiales (como automóviles y motocicletas) y humanos, que ellos le solicitan".

Aldana Bay, su hermana Flavia y la madre de Brandon –Érica Altamirano– también están imputadas como miembros de la asociación ilícita y dos de ellas fueron condenadas a 5 años y 6 meses de prisión por tráfico de estupefacientes, recordaron voceros judiciales.

El procedimiento abreviado homologado ahora por el juez José Luis Suárez indica que Aguirre "participaba de la organización de los distintos ataques armados perpetrados por la propia banda contra bandas antagónicas, encargándose puntualmente de coordinar desde su lugar de detención los objetivos o blancos de sus ataques".

Para eso, "reclutaba a los tiradores y les proveía los medios necesarios para la comisión de los diferentes delitos, como ser las armas de fuego y los medios de traslado".

Para el fiscal, las tareas que encargaba desde prisión Aguirre eran encomendadas también desde la cárcel por Bay, líder de la banda Los Gorditos.

Se trata de una organización criminal nacida al menos hace seis años en los barrios Tiro Suizo y Villa Flammarión, del sur de Rosario.

A fines del año pasado, en una audiencia preliminar, la Fiscalía adelantó que pedirá la pena de prisión perpetua para Bay por tres homicidios ocurridos entre 2019 y 2020, cuando intentó hacerse fuerte en la venta de drogas al menudeo por su violenta incursión en la localidad de San Lorenzo.

El jefe de los Gorditos ganó notoriedad pública en diciembre de 2020 cuando durante una audiencia el fiscal Socca dio a conocer escuchas judiciales en las que pedía descuartizar a sus oponentes en el negocio narco "con una motosierra, a lo mexicano".

Se trata de un diálogo, justamente, de Bay con su entonces cuñado Sebastián Aguirre, hoy fallecido. La conversación es del 8 de octubre de 2020.

"Escuchame, de paso van a buscar el Tornado y de paso matamos a un par de zombies. Me voy a llevar a uno", dice Bay, a lo que Aguirre responde "Y... uno hay que llevarse, cuñado".

El jefe de la banda repone entonces: "No, uno, uno me voy a llevar... te mando un video con una motosierra, fijate cómo lo voy a cortar en pedazo bien bien a lo mexicano le voy a dar".

En la misma conversación, Bay dice "en auto me entran a buscar la moto y se llevan a uno y lo mando a cortar en pedazos y que se vayan de la casa. Le mando un video así con la motosierra, ahí pam, pam, cortándolo en pedacitos, que se vayan de la casa porque si no... que se vayan todos de mi barrio".

El 22 de diciembre de ese año, en contenedores de basura ubicados en un radio de 20 cuadras en la zona sur de Rosario, aparecieron desmembrados los cuerpos de Víctor Martín “Poliyo” Baralis (44 años) y de Jorge David “Colo Nina” Giménez (29). Más allá del contenido de las escuchas, nunca hubo confirmación ni pruebas de que Bay haya estado detrás de estos crímenes escabrosos.

Colo y Poliyo, las víctimas descuartizadas. Los homicidas siguen impunes.