En la noche del miércoles 3 de mayo Mauro Villamil estaba comprando verduras para hacer la ensalada con la que iba a acompañar el asado que habían organizado con sus compañeros de trabajo. Cuando esperaba en la verdulería de Corrientes y Gutierrez, una persona aún no identificada pasó efectuando los disparos en ráfaga que terminaron con su vida e hirieron a dos empleadas.
“Una tristeza bárbara, ayer nos íbamos a juntar a comer el asado y él era el encargado de comprar todo. Lo único que le faltaba era comprar unos tomates para la ensalada y de ahí se iba para la casa de otro compañero”, relató en el móvil de Radiópolis (Radio 2) Pablo, compañero de trabajo.
El hombre, que este jueves por la mañana estaba de turno en la estación de servicio de 27 de Febrero y Corrientes, donde la víctima trabajaba desde los 18 años, reconoció que estaba esperando terminar la jornada para acercarse a dar un último adiós a su compañero.
“Estaba comprando las cosas para la ensalada y lamentablemente pasó lo que viene pasando en esta ciudad de mierda donde van y te balean. Matan a cualquiera, no les importa nada”, se descargó.
Según contó Mauro, el hombre asesinado frente a la verdulería tenía 35 años y hacía dos meses se había casado. “Fue una fiesta hermosa”, recordó el playero de la estación. Además, tenía tres hijos, el más grande de 10 años.
Con respecto a la comida que habían organizado, explicó que una vez por mes o cada dos meses se reúnen todos los compañeros de trabajo para distenderse y encontrarse por fuera de la jornada laboral. “Se iba a hacer otro día pero finalmente quedó para ayer. Uno se cuestiona por qué no lo hizo durante el fin de semana”, deslizó con la voz entrecortada.
“Ahora tratamos de seguir trabajando. Ponerle la mejor cara. Va a costar mucho, pero hay que seguir”, concluyó con tristeza.
En redes sociales, algunos amigos de Mauro también se expresaron y lo despidieron: