“No te confundás con los pibes. 'Ta avisado. Que peleen, si no que corran...”. La advertencia, escrita con letra prolija sobre una hoja cuadriculada, acompañó un ataque a balazos que se registró el martes por la noche en Pasco al 4800.
Al cartel –que tenía el nombre del destinatario– lo dejaron los ocupantes de una moto que vaciaron casi la totalidad del cargador de una pistola nueve milímetros sobre el revoque de la vivienda de Bella Vista Oeste. Un mensaje en la forma de plomo. Catorce vainas servidas.
No fue el único atentado a balazos en la últimas horas, en una ciudad forzada a bajarle el precio este tipo de mensajes mafiosos ante la recurrencia de hechos todavía más graves como los homicidios.
Un detalle llamó la atención de los investigadores. La misma arenga, “que peleen, si no que corran”, apareció en el cartel que encontraron junto al cuerpo de Brian Leonel Pino, un joven de 27 años víctima de una ejecución mafiosa en Chacabuco y Presidente Quintana, el 26 de abril pasado.
¿Se trata de la firma mafiosa de una banda criminal? Nada de eso. La frase es parte de la letra de “Pide”, una de las canciones de Callejero Fino, exponente del RKT, un híbrido entre la cumbia y el reggaeton, cuyos mayores exponentes son el masivo L-Gante, El Noba, fallecido el mes pasado, y Kaleb Di Masi, que semanas atrás pasó varias horas demorado por tenencia de marihuana en Lanús, provincia de Buenos Aires.
Simón Natanael Alvarenga, tal el nombre de Callejero Fino, tiene 27 años y pasó los últimos 6 años en prisión domiciliaria en su casa de Derqui por una causa penal. Desde 2019 no paró de sumar seguidores en las redes y millones de reproducciones en Spotify y Youtube. Ya en libertad, anunció para octubre un show en el Luna Park.
Sus letras están cargadas de violencia y relatan un estilo de vida delincuencial. “Hagan caso Pa' las rochas besos y pa' los giles rafagazo”, es un de sus rimas recurrentes. Con triste correlato en las calles rosarinas.
“La banda de los Millones” es otro de sus hits. Ese nombre inspiró a más de un maleante de la Rosario y alrededores. Al menos dos carteles aparecieron firmados por con ese mote. Uno, en mayo en Granadero Baigorria, que fue dejado por los autores de un atentado a balazos contra una casa. El otro, en abril, arrojado al cabo de una balacera en el Fonavi de Lola Mora y Grandoli, dirigido a varios pesados del hampa local.
Una historia de Instagram donde se lo ve posando con un arsenal y un tema de Callejero Fino de fondo –"Hasta abajo"– fue uno de los puntapies de la investigación contra Lautaro Greco, quien no pudo con su necesidad de mostrarse y fue detenido a fines de abril con 11 pistolas –robadas por un policía de la Sección Balística– en su casa de Garzón al 900 bis.
Inspiración e identificación. Letras como banda sonora del estilo de vida de pibes y pibas con conflicto con la ley. Y no tanto. También moda. “Hago música para que la gente se divierta más allá de que algunos digan que hago apología a la violencia y esas cosas. No hace falta que yo diga que se droguen para que la gente se drogue, hago música para que la gente la vacile y la disfrute. Está el que lo entiende bien y el que no lo entiende", fue el descargo de Callejero Fino a quienes lo señalaron por echar nafta al fuego en una sociedad donde a diario saltan los tapones de la violencia.