El subinspector Andrés Farías (41 años), baleado el viernes de la semana pasada en Fisherton durante un golpe comando en el que ladrones se alzaron con 35 millones de pesos, murió este jueves en el hospital de emergencias Clemente Álvarez. Se encontraba gravísimo desde el momento del ataque, con heridas de arma de fuego en el cráneo y en el tórax. El caso es investigado por la fiscal Marías de los Ángeles Granato y por ahora no tiene detenidos.
El policía falleció después de que fueran donados sus órganos. El pasado lunes, la directora del Heca Andrea Becherucci había explicado que tenía una "lesión transfixiante en el cráneo". "Quiere decir que el proyectil desde su ingreso hasta donde quedó alojado ha provocado lesiones hemorrágicas y traumáticas que comprometen zonas vitales del cerebro", explicó por entonces.
Farías, que hacía años trabajaba en la localidad de General Lagos y era padre de dos nenas, fue atacado le viernes pasado, cuando iba en un Kangoo junto con un empleado del Emporio de las golosinas. Ambos trasladaban 35 millones de pesos desde la sede de la empresa, en inmediaciones de Mendoza y Wilde, rumbo a una sucursal bancaria de Eva Perón y Tarragona.
El utilitario debió frenar en su recorrido en Ambrosetti y Benegas, cuando se le cruzó un auto del que bajaron al menos dos ladrones armados, que se alzaron con el dinero, con el arma reglamentaria del subinspector, a quien le dispararon con dos pistolas.
Los peritos que trabajaron en la escena incautaron 13 vainas servidas de calibres .380 y 9 milímetros.
Por la reconstrucción hecha, los delincuentes abandonaron el vehículo utilizado a las pocas cuadras y continuaron la fuga en dos autos en dirección al oeste.
Un Focus gris con pedido de secuestro activo desde el 23 de septiembre por robo fue incautado por la Policía de Acción Táctica en González Sabathié y González del Solar. Se presume que ese fue el auto que usaron los atacantes para perpetrar el golpe comando.