Esteban Lindor Alvarado, quien fue indagado por cuatro delitos el lunes pasado tras intentar fugarse el 10 de marzo en helicóptero del penal federal de Ezeiza, iba a ser acompañado en la evasión por Alan Funes, condenado jefe narco que opera en la zona sur de Rosario, con quien comparte el módulo 3, pabellón E, del complejo carcelario. El dato se desprende de intervenciones telefónicas y de tareas de inteligencia que realizó el Servicio Penitenciario Federal.
De acuerdo a la idea que tenía Alvarado, un helicóptero iba a sobrevolar el patio del pabellón durante un recreo –entre 4 y 20 de segundos– y dos reclusos tenían que engancharse de una red que arrojarían desde la aeronave, un Robinson 44.
"No puede haber un tercero", le advirtió el jefe de logística vía Whatsapp. Y esos internos iban a vestir remeras de fútbol color naranja, según la investigación.
Alertado previamente de la situación, el Servicio Penitenciario Federal captó en la mañana del 10 de marzo a Alvarado y a Funes en el pabellón. Y Alan era el único recluso que vestía una remera naranja debajo de otra prenda. Es por esa pista que los investigadores infieren que iba a ser el segundo protagonista de la osada evasión.
Dentro de las tareas que desarrolló la Procunar con el Servicio Penitenciario y la Policía Federal también se estableció que, una vez sacados del penal federal, Alvarado iba a ser esperado en una pista de la localidad bonaerense de General Rodríguez. Allí, vehículos que lo trasladarían por tierra hasta otro destino, que se cree, podría haber sido Paraguay.
De las operaciones previas a la ejecución del plan sobresale que la presunta asociación ilícita de Alvarado habría desembolsado 130 mil dólares para la adquisición del Robinson 44 en España. Después lo ingresaron a la Argentina a través de un paso fronterizo no habilitado cerca de la zona de Campo 9, en Paraguay.
El helicóptero fue secuestrado el 10 de marzo y, para sorpresa de los investigadores, tenía la patente de otra aeronave cuyo titular es Mario Vicente Baldo, un piloto de rally condenado por tráfico aéreo de droga en 2009.
Cabe destacar que el plan original de la fuga estaba pensado para el viernes 3 de marzo. Sin embargo, ese día hubo una requisa en la cárcel de Ezeiza por orden de los fiscales Matías Edery y Luis Schiappa Pietra. Allanaron las celdas de Leandro “Pollo” Vinardi, Nicolás “Pupito” Avalle y Damián “Toro” Escobar, integrantes de Los Monos investigados por el secuestro “al voleo” y asesinato de Lorenzo Altamirano ocurrido el pasado 1º de febrero pasado frente a la cancha de Newell’s.
Como el 3 de marzo se usaron helicópteros que sobrevolaran el complejo de Ezeiza para el operativo solicitado por los fiscales de Rosario, el propio Alvarado se comunicó con un contacto agendado como “Lobo”, su jefe de logística, para posponer el plan.
"Lobo", uno de los cerebros de la operación, se mantiene prófugo desde el viernes pasado y su paradero es incierto. Lo único que se sabe de él es que se conoció vía telefónica con el capo narco estando preso gracias a la gestión hecha por un compañero de celda que es santafesino.
El condenado jefe narco, según las escuchas telefónicas, le pagó a esta persona un curso de aviación una vez que recuperó la libertad. Y luego le habría realizado adelantos por un monto de entre los 70 mil y los 120 mil dólares. A esa abultada cifra de dinero se iban a agregar 100 mil dólares más en caso de que saliera exitosa la osada operación.
Dentro del dinero que se habría previsto para la evasión se encuentra el pago que iban a recibir las personas que debían sacar por tierra a Alvarado de Argentina.
Además de "Lobo" están bajo investigación un conjunto de personas que habrían participado de maniobras económicas llevadas a cabo para la evasión que fue frustrada.