El hombre de Arequito acusado de violar a su propia hija durante más de 20 años fue formalmente imputado este miércoles por los delitos de abuso sexual con acceso carnal y corrupción de menores porque los ataques sexuales comenzaron cuando la víctima, que hoy tiene 33 años, tenía apenas 8.
En contacto con el programa A diario (Radio), el fiscal de Casilda Juan Pablo Baños, confirmó la imputación al albañil de 57 años denunciado por su propia hija. De acuerdo a su relato, los abusos comenzaron con manoseos a sus 8 años y desde los 9 se convirtieron en violaciones con penetración vaginal. Producto de esas violaciones, la muchacha tuvo cuatro hijos con su propio padre. Su primer embarazo fue a los 13 años. Su hijos tienen hoy 19, 17, 13 y 11 a quienes se le harán pruebas de ADN para confirmar la paternidad del abuelo. Los resultados tardarían unos seis meses.
Consultado sobre la participación de la madre en estos hechos, el fiscal contó que la víctima le contó lo que sufría a su mamá el domingo pasado.
La víctima –agregó el fiscal– vivía hasta hace relativamente poco completamente aislada en su casa, situación que cambió cuando su madre se separó de su papá y presunto violador lo que la obligó a salir a trabajar. Mientras realizaba tareas de cuidado en otra casa –continuó el fiscal– la muchacha conoció a una persona y se animó a hacer la denuncia contra su padre.
El fiscal Baños destacó que la víctima recibió asistencia y fue evaluada por una psicóloga que corroboró la coherencia del relato y descartó rasgos de delirio, lo que refuerza su denuncia. Sin embargo, Baños dijo que deberá reunir más evidencia para fortalecer aún más al acusación aunque hasta aquí todos los elementos cierran: el aislamiento al que fue sometida, el temor a la autoridad paterna y la existencia de un arma con la que la amenazaba verbalmente.