Enero de 2023 comenzó con 24 de homicidios en el departamento Rosario, cuatro menos que en igual periodo de 2022. Lejos está ese dato de generar tranquilidad o de permitirle al Estado colgarse una medalla por "la baja" de hechos de sangre. El epicentro de la violencia urbana volvió a ser Rosario y su área metropolitana, pero un análisis rápido constata, además que las escenas del crimen (y el tipo de arma) se repiten.
Los muertos, en su mayoría, son personas jóvenes entre los 20 y 40 años, de barrios populares y periféricos como perfiló Rosario3. El arma más empleada es un clásico desde 2010: pistola calibre 9 mm. En contadas ocasiones aparece un arma blanca o golpes en contraste con las de fuego. En el departamento Rosario se mata a los tiros.
Rosario3 realizó un mapa que ubica cada uno de los 24 asesinatos. Al menos en siete casos, el lugar del homicidio se repite.
El primer hecho cuya "escena del crimen" se reitera fue el de Juan Manuel Navarro (31), asesinado de 14 disparos el 5 de enero de 2023 en French y San Gerónimo, a la altura de las vías del ferrocarril, en la zona noroeste de Rosario. El hombre, con prontuario según la investigación policial, no es la primera persona asesinada en ese cruce de calles de barrio Industrial.
Una búsqueda rápida en el archivo de Rosario3 mostró que el lunes 5 de septiembre del 2022 en horas de la tarde, una mujer de 27 años, identificada como Mara S., fue atacada a balazos en el mismo lugar y luego murió.
Tanto Mara S. como Navarro perdieron la vida en el hospital de Emergencias Clemente Álvarez (Heca). Y no solo eso: además de encontrar la muerte en la misma esquina, ambos crímenes resultaron significativos en términos estadísticos. La mujer fue el asesinato número 200 en el departamento Rosario en 2022; y el hombre, el primero de 2023, según datos recogidos de distintas fuentes del Poder judicial y fuerzas de seguridad.
El 22 de septiembre del 2022, a una cuadra de donde balearon a Mara S. fue asesinado un delincuente que formaba parte de la estructura de Francisco “Fran” Riquelme: Joel Ariel Bulnette. Riquelme fue señalado por los fiscales Adrián Spelta y Patricio Saldutti como representante de los intereses del capo narco Esteban Alvarado en los barrios Empalme Graneros, Ludueña e Industrial.
En la crónica de Rosario3 sobre el derrotero judicial de Fran Riquelme, se detalló que en 2022 se contaron 45 homicidios en los barrios Empalme Graneros, Larrea, Ludueña e Industrial producto de rencillas entre franquicias del clan Alvarado y Los Monos.
El 6 de enero de 2023, al día siguiente del homicidio de Juan Manuel Navarro se perpetraron los asesinatos de Ariel Luján Simoncini (55) y Alan Nahuel Carlini (22). En el caso del segundo, la persona fue ultimada en la vía pública en las inmediaciones de Solís y Navarro. La víctima fue atacada desde varias motos que pasaron por el lugar y abrieron fuego. El 17 de febrero de 2022 en esa intersección de barrio Ludueña hirieron de bala a dos adultos que se encontraban en un local comercial.
Una semana después, el 13 de enero de 2023, un hombre de 70 años fue atacado a balazos junto a su mujer de 68 en Esquiú y Solís. Juan José Gómez murió producto del ataque mientras que Graciela Beatriz J. fue herida y debió ser trasladada por su familia al Heca. De acuerdo al reporte policial, testigos apuntaron a dos sicarios que pasaron en moto, aunque no quedó claro el motivo de la agresión armada. El 5 de septiembre de 2022, en esa misma intersección hirieron de bala a dos adolescentes de 19 y 14 años. Nuevamente, dos hombres en moto descargaron una ráfaga de plomos contra un negocio que funciona en esa cuadra.
Ese hecho desgraciado pero fortuito, ya que ninguno de los jóvenes murió, formó parte de un lunes violento que terminó con un hombre de 47 años fallecido tras ser atacado a balazos en Larrea y Esquiú, a cinco cuadras de donde sucedió el crimen de Juan José Gómez en 2023. La víctima número 201 de aquel 2022.
El 14 de enero de este año en la zona de Mitre y las vías del ferrocarril, en Villa Gobernador Gálvez, fue asesinado Lucas Damián Santamaría (30) con un arma calibre 9 mm. El 11º homicidio de un enero que empezó rabioso en el departamento Rosario. La zona, donde –según información del diario La Capital– funcionaría un bunker de drogas, ya había sido noticia el 28 de diciembre de 2022, cuando fue muerto a balazos Cristian David Rodríguez (29).
Más cercano en el tiempo, el 21 de enero, Alejandro Francisco Orona (55) se subió a un taxi en Francia y 3 de Febrero y le pidió al chofer que lo lleve hasta la zona de Juan B. Justo y Ottone. Al llegar a esa esquina lo esperaban dos sicarios que sin dejarlo bajar del vehículo ni mediar palabras le descerrajaron tres disparos. El taxista escapó de lugar a toda prisa y fue directamente al Heca; Orona llegó sin vida al hospital. El 20 de agosto de 2022 en ese cruce de calles, un hombre de 34 años fue hallado muerto al lado de una moto Honda Titán roja con heridas de arma de fuego. La policía encontró varias vainas servidas en el lugar.
El 23 de enero último, un hombre de 43 años fue asesinado a tiros en Cochabamba al 100 bis, en barrio República de la Sexta. En el mismo ataque resultaron heridos de bala dos jóvenes de 18 y 20 años, y una mujer de 52. Se trató del segundo crimen ocurrido en el mismo día. En abril de 2018, a esa misma altura de calle Cochabamba, fue encontrado muerto con varias puñaladas un hombre identificado como Daniel Gustavo T.
Amilcar Miguel "Pato" Vercher fue atacado a tiros en la plazoleta de Génova y Campbell cerca de la medianoche del 5 de enero. Murió el 27 de enero, tras 21 días de agonía, producto de un disparo en la cabeza que le hizo perder masa encefálica. La plaza donde fue atacado se encuentra en el corazón de Empalme Graneros. Desde 2014 esa misma plaza se llama Ariel “Chuky” Ávila, en homenaje al rapero de 21 años que cantaba “el barrio está peligroso”, asesinado en febrero de ese año a manos de un soldadito narco.
Pero el antecedente trágico de Ariel Ávila no es el único relacionado con ese cruce de calles: en esa zona la Policía Federal desbarató una banda narco que operaba con niños y adolescentes. Aquel operativo ordenado por la fiscalía federal Nº 1, terminó con el secuestro de 500 dosis de cocaína, 5 kilos de marihuana y dinero en efectivo.
El 12 de julio de 2020, también en Campbell y Génova, Patricio L.D.C. de 22 años, fue atacado a tiros y muerto de un disparo en la cabeza que le efectuaron dos jóvenes desde una moto. Familiares de la víctima contaron que el joven asesinado tenía antecedentes penales por robo calificado y que la semana previa al crimen había recibido amenazas.
En tanto el 17 de noviembre de 2017, dos jóvenes de 18 y 21 años fueron baleados en la misma intersección de Empalme Graneros con escasa diferencia de horas. De acuerdo a lo que precisó en su momento La Capital, ambos recibieron tiros en los pies por atacantes que se movían en auto y moto y debieron ser trasladados al hospital Alberdi.
Hay pues, callles y esquinas que se repiten. Lugares de Rosario que, pese a su incidencia en el alto recuento de muertos, el Estado provincial, el municipio, ni las fuerzas de seguridad logran controlar y pacificar para la tranquilidad de quienes viven y trabajan allí.
Barrios y zonas como el noroeste y el norte –al menos en este mes de enero–, donde la muerte es moneda corriente, desde 2017, como mínimo. Solo el centro, esa especie de ciudad amurallada ficticia protegida por gendarmes y federales, parece por momentos a salvo.
Las víctimas que mueren en las calles o en la sala de urgencias de los hospitales –algunos implicados en el mundo criminal, otros completamente ajenos– forman, sin embargo, parte de una misma realidad violenta que atraviesa Rosario hace más de una década y de la que aún no se vislumbra una solución desde la política.