Mónica Aquino lleva más de un año desaparecida y este viernes 22 de noviembre inicia, en la ciudad de Santa Fe, el juicio contra su marido, su cuñado y su suegra, quienes están acusados de explotación de la prostitucion agravada. Si bien los imputados, desde mayo de 2023 (la última vez que la vieron) no brindaron ni un solo dato sobre su paradero y dicen “no saber nada”, la fiscalía pudo reconstruir en base a declaraciones testimoniales recogidas, el calvario que vivió la joven los últimos 9 años. “Mónica era una mercancía para ellos. Se dedicaban al proxenetismo”, sostienen.
Tenía 29 años al momento de ser vista por última vez, tiene cuatro hijos y aún rige el ofrecimiento de recompensa por parte del Ministerio de Seguridad de la Nación, como así también, uno de la provincia de Santa Fe para quienes brinde algun dato.
Este viernes a la mañana comienza una instancia crucial contra el círculo íntimo de Mónica, pese a que no se sabe absolutamente nada de ella desde mayo del año pasado. A su marido, Hugo Pérez, se lo acusa de promoción de la prostitucion agravada en concurso real con explotación de la prostituicion agravada y piden 20 años de prisión. En tanto, el cuñado de Mónica, Mario Pérez, y su suegra, María Rosa Aguirre, están acusados de explotación de la prostitucion agravada y la fiscalía solicitó 10 años de pena.
En ese contexto, Jorgelina Moser Ferro, una de las fiscales del caso, dio cuenta en De 12 a 14 (El Tres) sobre la terrible realidad de Mónica antes de desaparecer: explotación sexual, proxenetismo, violencia, amenazas.
“Lo que vamos a probar es que tanto su marido, su cuñado y su suegra la explotaban para prostituirla. Ninguno de los tres acusados desde que inició la investigación aportó datos. Dicen no saber nada y manifiestan que se fue”, indicó. De acuerdo a lo que señaló Moser Ferro, la joven había realizado distintas denuncias pero siempre “se caían” porque, en palabras de la fiscal, “Mónica tenía tanto miedo que terminaba diciendo que lo hacía voluntariamente y que nadie la obligaba”.
Que pasaba si Mónica no ejercía la prostitución. “Si Mónica no se prostituía, era golpeada, le metían la cabeza en una pileta, una vez le rompieron una botella en la cabeza, otra, el marido le clavó un cuchillo en uno de sus brazos. Es decir, recibía todo tipo de violencia. Además, la obligaban a no relacionarse con nadie y le cortaron todo tipo de vínculo con su familia biológica”, profundizó.
“Se dedicaban hace años al proxenetismo. Mónica era una mercancía para ellos”, aseveró y dijo que de acuerdo a lo que se pudo recoger en torno a la investigación, la víctima estuvo así durante 9 años. También hizo mención a que, cada vez que Mónica quiso irse de esa casa, su marido la buscaba y la amenazaba para que vuelva, de lo contrario, “mataría a la madre y a la hermana”.
Hasta el momento, el marido, el cuñado y la suegra de Mónica, no confesaron nada ni dieron ningún dato, es decir, toda la reconstrucción que hizo la fiscalía fue en base a declaraciones testimoniales que se recogieron en el barrio Varadero Sarsotti.
Si hubiera una noticia de Mónica, de acá en adelante, la fiscal remarcó que se iniciará otro proceso, independientemente de este que comienza el viernes.