La Justicia provincial condenó este lunes a Alan Funes a la pena de prisión perpetua. Es por haber sido considerado mentor del resonante crimen de Mariel Lezcano (21 años), cometido el 13 de octubre de 2021 en Ayacucho al 4300. De acuerdo a la acusación de los fiscales Gastón Ávila y Lisandro Artacho, el jefe narco –actualmente alojado en el penal de Ezeiza, su último destino penitenciario– había mandado a matar, por una tarifa de 150 mil pesos, a la mamá de la joven, pero los sicarios acribillaron a la hija, que cumplía prisión domiciliaria por una sentencia por venta de droga al menudeo.
La resolución fue dada a conocer en horas del mediodía por el tribunal integrado por los jueces Fernando Sosa, Ismael Manfrin y Verónica Silvana Lamas González. En el fallo también condenaron a perpetua a Iván Ariel “Lolo” Gutiérrez, el sicario. Mientras que Ulises David “Pera” Chapire, quien ofició de conductor de la moto usada para perpetrar el homicidio, recibió 20 años de prisión.
El caso
Mariel Lezcano fue asesinada en la tarde del 13 de octubre de 2021 en su casa de Ayacucho al 4300. La chica estaba merendando con su hijo de 3 años, su hermana de 13 y otros menores de edad. Eran las 18.20 cuando tocaron la puerta. Cuando Mariel fue a abrir la puerta recibió dos balazos, uno en la cadera y otro en la cabeza.
Según la investigación, la intención de Alan Funes era asesinar, bajo promesa de pagar 150 mil pesos, a la madre de Mariel, Gisela Guadalupe “Paquete” Gutiérrez, una mujer vinculada con el narcomenudeo.
“Alan Funes desde el Complejo Penitenciario Federal N° 1 de Ezeiza instruyó a cambio de una promesa remuneratoria a Iván Ariel «Lolo» Gutiérrez y a Ulises David «Pera» Chapire para que llevaran a cabo el homicidio de Lezcano, poniendo a disposición una pistola Browning calibre 9 milímetros y una moto Honda Wave”, dijo la Fiscalía.
La teoría del caso señaló que Chapire ofició de piloto de la Wave y Lolo Gutiérrez fungió de matador.
El “error” del sicario, matar a la hija en lugar de a la madre, le valió un "descuento" de 50 mil pesos. Al menos así lo señalaba el legajo penal de la Fiscalía de Homicidios.
Gutiérrez cayó detenido en Seguí al 100 bis una semana después del crimen, mientras que Chapire terminó allanado en junio de 2022, en 24 de Septiembre a la misma altura, también en Tablada.
Un testimonio en la instrucción de la causa ensaya un móvil del conflicto entre la madre de Mariel con Alan, integrante de una familia famosa en la crónica policial por su enfrentamiento con los herederos del fallecido barrabrava Roberto “Pimpi” Caminos, ambos clanes protagonistas de una saga teñida de sangre con hitos como el asesinato de la madre de los Funes, Mariela Miranda, en 2016, y los crímenes de Ulises y Jonathan Funes, en 2018.
“Mis problemas con los Funes empezaron hace unos meses –dijo la propia «Paquete» en 2021–. Un mes después que lo mandaron a Buenos Aires a Alan, vino a verme Solange Funes. Me dijo que Alan quería que le maneje el negocio, como yo no quería, me pedía que dejara la casa”.
Las intimidaciones a la familia siguieron. “Después, vino Jorge Funes, entró a mi casa, era de mañana y me dice: «Gorda, Alan está tirado, no tiene quién le maneje el búnker, fijate vos si se lo podés agarrar, está como loco, dice que te va a hacer volar la gorra»”.
La testigo dijo que mostró resistencia a los avisos del padre de Alan, Jorge, cuya vivienda fue allanada en Alvear en repetidas ocasiones, aunque por el momento no afronta imputaciones: “Yo le dije que me dejara de joder, que hace cuánto me conoce, que yo vivo tranquila. Ahí me dice, «Mirá que mi hijo está con una banda de gente. Mirá que te va a hacer matar un hijo». Ahí le dije que lo iba a denunciar y él me dijo que haga lo que quiera, pero que «él me estaba poniendo pilla»”. Una forma de decir que estaba avisada.
Al momento de ser asesinada Mariel se encontraba cumpliendo una condena federal de seis años. Tenía prisión domiciliaria. La Justicia federal la ubicó en un estamento menor de la alianza los Funes con René Ungaro, en una investigación de los años 2016-2018. Según trascendidos, la joven se dedicaba a armar bolsitas de droga a pedido de su amiga Brisa Amaral, también ligada con los Funes.
Posteriormente, Gisela “Paquete” Gutiérrez, la madre de Mariel, fue condenada a 9 años de prisión por estar involucrada en una tentativa de homicidio en un monoblock del Fonavi de Hipócrates al 4600.
Según esta causa, que podría guardar relación con el crimen de su hija, la mujer integraba la gavilla de Brian Ismael “Pocha” Sánchez, un sicario que supo ser socio de Alan Funes en el delito, un vínculo que mutó en una agria enemistad.