Paola es empleada doméstica y tiene dos hijas. Hace 11 años, con mucho esfuerzo, se hizo su casa en Villa Gobernador Gálvez y hace dos tuvo que huir amenazada por los narcotraficantes de la zona. Ahora su inquilino también se fue de la casa, ahuyentado por los mismos narcos. Este domingo por la noche, Paola encontró la vivienda destruida e inundada. Y por la madrugada la sorprendieron los tiros. A unas diez cuadras de allí, otra mamá de dos nenas, Joana, también sufre la amenaza constante para que abandone su casa.
Desesperada, Paola contó su historia y pidió ayuda en el programa Radiópolis (Radio 2). Entre lágrimas y con la impotencia en la voz, reconstruyó lo que pasó este domingo. Este lunes al mediodía, finalmente, consiguió ser recibida por la fiscal Lorena Aronne.
A las 18 de ayer un vecino la llamó para avisarle que su inquilino había huido, amenazado de muerte, y que la puerta de la vivienda de Bomberos Voluntarios al 2300 estaba abierta. Cuando llegó, encontró la casa inundada, algunos vidrios rotos y la puerta forzada. En una parte ya habían instalado tres colchones y una mesa. Más tarde pasaron y dejaron claro el mensaje a balazos: cerca de las 3 de la mañana de este lunes se escucharon disparos desde unas motos.
“Al inquilino lo llamaron y le dijeron «andate porque sos boleta»”, contó Paola y fue revivir las mismas amenazas que sufrió cuando se fue. Hace unos dos años, desconocidos le escribieron por Facebook y WhatsApp para que se vaya de su casa.
“Edifiqué a pulmón, soy empleada doméstica, y me encuentro con que unos narcos me amenazan en Face y me dicen que si no entrego mi propia casa ellos van a matar a mis hijas”, recordó.
Y Paola se fue. Las cosas se calmaron un poco y pudo alquilar la casa de Villa Gobernador Gálvez a un vecino del barrio y con ese dinero alquiló a su vez una vivienda en la zona noroeste rosarina. Pero ahora, con su casa ocupada y sin inquilino no tiene a dónde ir.
Se siente indefensa e impotente. Contó que anoche, el Comando Radioeléctrico apenas se quedó con ella una hora porque –explicó– Fiscalía no le había permitido más.
“Nadie me quiere ayudar porque a los que me ayudan los amenazan”, dijo.
“¿Cómo se van a querer quedar con mi casa, con el esfuerzo enorme de pagar ladrillo por ladrillo?”, lloró.
Casi la misma historia, a diez cuadras de distancia
También en Villa Gobernador Gálvez, a unas diez cuadras de distancia de la casa de Paola, Joana otra mamá de dos nenas, encontró un mensaje intimidatorio: "La casa o plomo". Su casa, de Chile al 2300.
La amenaza estaba en el piso, pegado al portón lindero a la vivienda. Y como para reforzar la amenaza, la nota estaba acompañada de una bala.