Este jueves, en medio de la “inactivación” de dos aguantaderos mencionados como puestos de venta de drogas en la cuadra de Superí al 1900, tuvo lugar una situación que llamó la atención de las autoridades. Una mujer que llegó en una moto sin patente comenzó a pedir que el personal que se encontraba tapiando los ingresos cesara en su actividad, ya que la vivienda, aseguró, le pertenecía a su madre.
Según testigos, la secuencia llamó la atención los fiscales Pablo Socca y Lisandro Artacho, quienes encabezan una investigación por narcomenudeo en ese sector del norte rosarino, por lo que solicitaron que la mujer fuera identificada.
La Policía la identificó como Marisol B. (31), a quien los investigadores del MPA le secuestraron el celular para buscar elementos de interés para la causa.
Según detallaron investigadores a este medio, Marisol B. es hija de Flavia H., una mujer que el 7 de septiembre pasado fue detenida en un procedimiento en la calle en Superí al 1963, con 18 envoltorios de cocaína y 77 mil pesos en efectivo, por lo cual le formaron causa por tenencia con fines de comercialización. Tres días después, Flavia H. fue imputada y el juez Pablo Pinto le otorgó la libertad bajo firma semanal.
Semanas después, el 12 de noviembre, llegó un dato a la Fiscalía que dio cuenta de un panorama complejo en torno de ese domicilio que resultó tapiado en las últimas horas.
Flavia H. se había presentado en la comisaría 30ª y denunció a su propia hija Marisol B. le había usurpado la casa. “Estoy viviendo en la calle, me sacaron a piedrazos”, dijo la mujer ante el sumariante. Y agregó que su hija la estaba “alquilando por las noches para que funcione como búnker” y que tenía intenciones de venderla.
En efecto, la casa se encuentra a la venta, al menos por Facebook. “Se liquida casa de frente ubicada en Superí entre Cavia y Ávalos. Paso info al privado. Solo interesados”, dice un mensaje de la cuenta de Débora B. fechado el 11 de noviembre.
A todo esto, en el catastro provincial el domicilio de Superí al 1963 está a nombre de un hombre radicado en la provincia de Salta, nacido hace 76 años, del que no se conocen datos más que su nombre: Eduardo Singh. Pero al menos el servicio de agua y de energía eléctrica sí se encuentran a nombre de Flavia H., la mujer detenida con drogas que luego denunció a su propia hija por usurparle la casa.
Antes del tapiado de los ingresos, la provincia había visitado varias veces la vivienda devenida en aguantadero. En un informe destacó la ausencia de ocupantes y el “total estado de abandono, con agrietamientos en lozas y paredes, lo que implica el riesgo de su derrumbe”.
Lo cierto es que varios reportes al 911 mencionaron a Superí al 1963 como epicentro del “mercado abierto” de drogas en la cuadra, junto con otra tapera ubicada al 1940, la cual también fue tapiada este jueves. Entre agosto y diciembre, de hecho, se registraron 17 llamados que alertaron sobre la presencia de “transeros” en esa cuadra.