Una joven que se encontraba bajo investigación en la causa conocida como “Cuevas Blancas”, en la que se encuentra procesado por narcotráfico el ex titular de la Terminal Puerto Rosario Gustavo Shanahan, se presentó ante la Justicia federal. Se trata de Lucía Alonso, que trabajaba en la financiera de Ovidio Lagos al 400, uno de los lugares donde la banda liderada por Julio Andrés Rodríguez Granthon compraba dólares para luego adquirir cargamentos de cocaína en Bolivia, según la investigación.
Alonso se dirigió con su defensor particular Carlos Varela ante el Juzgado Federal Nº 4, donde fue indagada como presunta integrante de la organización dedicada al narcotráfico del peruano Rodríguez Granthon, actualmente preso en un penal federal con condenas por tráfico de cocaína y una imputación en la causa por el crimen del ex concejal Eduardo Trasante.
Rodríguez Granthon tiene los apodos “Perú” o “Coco” y es considerado jefe de una estructura que opera principalmente en Villa Banana, en la zona oeste de Rosario.
La mujer hizo un descargo ante el juez Marcelo Bailaque y fue excarcelada. Sin embargo, el Ministerio Público Fiscal y la Procunar apelaron la resolución porque consideran que debe estar en prisión preventiva efectiva.
De acuerdo a la investigación federal, Alonso era una de las personas que recibía paquetes de “medianas dimensiones”, mochilas o bultos de la organización narco, que contenían dinero en efectivo “obtenido como ganancia en las maniobras ilícitas”, que sería la venta de droga.
La ahora imputada quedó involucrada en la causa por ser empleada en la financiera de Ovidio Lagos al 400 donde la banda compraba dólares blue con un pequeño de interés, de alrededor del dos por ciento (según las escuchas telefónicas al líder de la banda con un lugarteniente). Dicha oficina estaba a nombre de Marcos Julián Díaz, uno de los engranajes claves en la causa que se encuentra prófugo. Ella incluso se denomina como su “mano derecha” en conversaciones telefónicas que forman parte del expediente.
En un diálogo mantenido con otra mujer no identificada, Alonso le comenta que Marcos Díaz la había echado de la oficina.
“Me sacó a mí nomás. Me lo quedé mirando y me dice «Bueno, la única parte que saqué fue la que hacías vos, que fue la parte de los narcos»”, le dijo la investigada a esa otra persona.
Después, la imputada le cuenta: “Quedate tranca que ya salí de la mafia”.
Según Alonso, Marcos Díaz tomó la determinación de sacarla de la financiera porque supuestamente sabía que “la oficina ya estaba marcada” por la Justicia. La otra mujer le preguntó a Alonso si la única que había sido desplazada de su trabajo era ella, a lo que respondió: “Sí, porque yo soy la que trabajaba con los narcos”.
Procesamientos confirmados y un juicio próximo
La Fiscalía Federal 1 de Rosario y la Procunar, a cargo de Diego Iglesias, cambiaron el enfoque sobre el narcotráfico con esta compleja causa. Consideraron también parte de la banda a aquellos actores que facilitaron la compra de divisas con las ganancias de la venta de droga, para que luego puedan comprar cargamentos de cocaína a Bolivia con esos dólares.
En la investigación se encuentran con procesamiento firme –tras la resolución de la Sala A de los camaristas Aníbal Pineda y Fernando Barbará– con prisión preventiva efectiva Julio Andrés Rodríguez Granthon; Alexis Ezequiel Manzo; el ex integregrante de Los Pumitas Juan Román González; Gustavo Báez Aguilar y Richard Galeano Vázquez.
Por su parte, Gustavo Shanahan, Alfonso Sebastián Sciortino y Néstor Alfredo Ciotti también están con procesamiento firme, pero con arresto bajo la modalidad domiciliaria.
"Durante la investigación se verificó que no todos los presuntos integrantes de la organización participaban de la misma forma y con la misma intensidad en las actividades de corte criminal. Pero esto no significa que no deban ser considerados integrantes del grupo criminal, sino sostener que se trata en definitiva del reparto de tareas propio de un actuar coordinado", indicó el escrito presentado por el Ministerio Público Fiscal ante el juez Bailaque en el marco de los allanamientos de esa causa.
Los investigadores federales sostuvieron que la estructura narco funcionó al menos de abril a octubre del año pasado, cuando se decidió hacer “un corte” ante un ataque de la propia organización a un policía federal que hacía tareas de inteligencia en el territorio objeto de la pesquisa.
Entre otras evidencias que mencionaron los fiscales en el pedido de procesamiento, se señaló que varios de los investigados salían de los quioscos de droga con mochilas o bolsos y se dirigían a una oficina de Ovidio Lagos al 400 o a la oficina de Shanahan de España al 800.
Incluso uno de los bolsos filmados a la salida de un búnker fue encontrado en la oficina de España al 800 de Shanahan en los allanamientos realizados por la División Antidroga de la Policía Federal de Rosario. Se trata de un bolso camuflado que fue remarcado como parte de la prueba indiciaria. Una característica curiosa: contenía dinero en efectivo en billetes de baja denominación, que supone que era la recaudación de un búnker.