Dos soldaditos de un conocido vendedor de drogas y dos mujeres, todos oriundos de Venado Tuerto, quedaron detenidos en las últimas horas a raíz de un procedimiento de la Policía de Investigaciones. Los arrestados están señalados por haber privado de la libertad a una mujer que debió entregar la escritura de la casa de sus padres para frenar la bronca contra su hermano, a quien buscaban por haber “mejicaneado” una mochila con drogas, dinero y armas. El jefe de la gavilla se encuentra detenido, pero aseguran que digitó la maniobra –e incluso la siguió por videollamada– desde su celda.
A instancias de una investigación encabezada por el fiscal Damián Cassullo, personal de la PDI interceptó en las calles de barrio Doctor Gutiérrez a Mariano G. y a Raúl G. Sobre la dupla pesaban órdenes de detención por comercialización de drogas, extorsión y privación ilegítima de la libertad.
El 17 de agosto una mujer se presentó en una dependencia policial de Venado Tuerto. Contó que 48 horas atrás había sido encañonada en su casa, llevada a una vivienda donde fue retenida contra su voluntad. Los captores actuaron a instancias de un tal “Enano”, que llegó a comunicarse por videollamada desde su celda y reclamó una mochila con plata, drogas y un arma que Carlos, hermano de la víctima, había robado. Toda una secuencia que remite al costado más rústico de la narcocriminalidad rosarina, pero a tres horas de distancia.
Producto del apriete que la mujer sufrió en carne propia, terminó entregando el boleto de compraventa de la casa de sus padres y fue liberada.
Así las cosas, la mujer salió a buscar a su hermano, a quien encontró tras varias horas de búsqueda en el barrio Villa Moisés. El hombre, enterado de los pormenores, le entregó a la mujer parte de lo robado: dinero, el arma y municiones. Pero no la droga.
Pese a entregar todo a la banda del Enano, la mujer no pudo sortear el problema por la falta del botín. No le devolvieron la escritura y a los días recibió un mensaje por WhatsApp: debía abandonar su casa para que la ocupen los “nuevos dueños”. Por eso, se decidió hacer la denuncia.
Además de detener a los soldaditos del Enano, la PDI incautó un VW Gol, unos 200 gramos de cocaína, dos revólveres y dos celulares. La droga estaba en el aguantadero donde la víctima fue retenida. Allí terminaron aprehendidas dos mujeres. En los próximos días serán llevados a audiencia imputativa. El cabecilla no sería otro que uno de los tantos personajes del delito que suele denunciar públicamente el intendente Leonel Chiarella.