El Tribunal Oral en lo Criminal Federal Nº 3 de Rosario condenó en el mediodía de este jueves a los responsables del cargamento de 1.658 kilos de cocaína que fueron incautados, en su mayoría, en un galpón de Empalme Graneros, y un restante en un depósito situado en República de la sexta. En la resolución, dieron 12 años de prisión para Gabriel Nicolau y 11 años a José Damián “Tano” Sofía, quienes fueron considerados los cerebros de la operación que no llegó a concretarse, ya que la droga no salió desde el puerto de Rosario rumbo a Dubai y España, como pretendía la organización.
En el veredicto, los jueces Eugenio Martínez Ferrero, Osvaldo Facciano y Mario Gambacorta también condenaron a 10 años de prisión a Marco Páez, 8 años para Lucas Hitters, 7 años y 6 meses para Oscar Rossi, 6 años para Fabio Crucianelli, 3 años de cumplimiento efectivo para Osvaldo Gorosito, y 3 años de ejecución condicional para Gastón Sofía, el hijo de “Tano”.
Durante la acusación llevada adelante por Federico Reynares Solari, fiscal general ante los Tribunales Orales en lo Criminal Federal de Rosario, y Scilabra, fiscal federal de la Regional NEA de la Procunar, se dejó expuesto que se trató de una organización de “carácter transnacional, sumamente compleja, bien diferenciada entre partes”. Indicaron que se encontraba conformada por financistas, por un grupo que se encargaba de tener el contacto directo con ellos mientras que otros imputados que llevaban adelante la logística.
El juicio tuvo una particularidad. Los dos principales cabecillas de la organización son integrantes de un cartel colombiano y no participaron en el debate oral y público. Uno es Gabriel Jaime Londoño Rojas, quien fue detenido a finales de noviembre del año pasado en los Emiratos Árabes Unidos y está a la espera de los trámites de extradición para ser juzgado en Argentina, y Álvaro Antonio Ramírez Duque, quien cayó en mayo pasado en la localidad madrileña de Leganés y también está bajo proceso de extradición.
El caso
Según la investigación, la organización se dedicaba principalmente al contrabando de droga en el orden internacional entre febrero y agosto del año pasado, cuando se hicieron los operativos.
La maniobra completa implicó el hallazgo de 1.515,3 kilogramos de cocaína que fue secuestrada en el allanamiento de un galpón en Génova 2425 y de 143 kilogramos de sustancia estupefaciente que fue incautada en otro allanamiento de un galpón ubicado en la calle Cerrito 17 –ambos en Rosario–.
Tal como se comprobó, los imputados habían gestionado la exportación de pellets de maíz contenidos en bolsas “big bag”, dentro de las cuales acondicionaron y disimularon 1.259 paquetes rectangulares con material estupefaciente (clorhidrato de cocaína) con destino –presumiblemente– a España.
La causa se inició a partir de la acumulación de dos expedientes anteriores e independientes llevados a cabo por divisiones de la Policía Federal Argentina. Uno fue encarado por la Dirección General Operaciones Antidrogas Hidrovía del Paraná respecto a una persona que había sido señalada como partícipe de una organización que se encontraba gestionado un envío de estupefacientes al exterior y que, si bien se había desvinculado de la misma, siguió generando nuevos contactos para concretar ese objetivo.
La otra causa la llevó adelante la División Operaciones Federales, a partir de datos aportados por las autoridades de la Drug Enforcement Administration (DEA), donde daban aviso del ingreso al país de un ciudadano de nacionalidad colombiana que se dedicaba a actividades relacionadas con el tráfico de drogas.
Los agentes comenzaron a vigilarlos y registraron que realizaron varias reuniones con diferentes personas, concluyendo que se encontraban ante una organización celular, formada por varios eslabones: un financista o jefe, un grupo que se encargaba de la coordinación en Argentina y otro grupo encargado de la logística para la extracción del material estupefaciente hacia el exterior.
Así, según la investigación se logró dar con los integrantes de la organización que se encargaba del contrabando de droga que estaba a cargo de Gabriel Nicolau y el grupo responsable de la logística para la extracción del material estupefaciente hacia el exterior tenía como encargado a José Damián Sofía, alias el "Tano".