A Cristian Ibarra lo mataron de seis disparos en la cabeza la noche del 22 de julio de 2019. La ejecución tuvo lugar en barrio Godoy, dentro de un Peugeot 308 que era de la víctima, un policía que trabajaba custodiando los Tribunales provinciales por la mañana y por la noche regenteaba un punto de venta de drogas en la zona oeste.
Por ese crimen, este jueves fue condenado un integrante de la banda de Los Monos, Otniel Almonte de León, conocido como “Dominicano”, por su país de origen, República Dominicana. La pena fue de 22 años, tal cual la solicitud del fiscal Gastón Ávila.
El otro condenado en la causa es Maximiliano “Chanchón” Cantero, uno de los hijos del patriarca de la banda, Ariel “Viejo” Cantero, quien acordó en un juicio abreviado 14 años de prisión.
“Este caso es un fiel reflejo de la tenebrosa realidad que vivimos a diario en la ciudad de Rosario desde hace ya varios años. Un policía que delinque, una banda que comercializa drogas, disputas por el territorio y un resultado que ya es conocido, armas y muerte”, dijo en su alegato en la apertura del juicio, el pasado 12 de agosto, el fiscal Ávila.
Ibarra, se dijo en el juicio, pretendió abrirse paso como transero en los Fonavi de Monte Flores al 7200, barrio Francetti.
Esa zona estaba copada por otras personas que se encargaban de comercializar la droga y daban el visto bueno para poder vender. Entre ellas estaban el mencionado “Chanchón” Cantero y Otniel De León Almonte, también conocido como “El dominicano”, “El colombiano” o simplemente “El negro”.
En julio de 2019, Ibarra comenzó a tener problemas para poder vender por peleas por el territorio con otros traficantes. Esos problemas llegaron a su punto más álgido el 22 de julio de 2019, señaló el fiscal Ávila.
Los testimonios indicaron que durante la tarde, las personas que vendían para Ibarra fueron amenazadas por “El dominicano” y por “Chanchón” para que no vendan más. Si no cumplían, “se iban a comer un tiro”. Anoticiado de esto, Ibarra se comunicó con Cantero para resolver los problemas y poder continuar con su negocio y acordaron encontrarse esa noche los tres: el narcopolicía, Chanchón y el Dominicano.
Esa noche, Ibarra pasó a buscar a Cantero y al Domincano en el 308 con la intención de negociar. La otra parte, sin embargo, tenía otros propósitos.
En Dean Funes y Larralde, a las 21.30, Ibarra fue asesinado de seis disparos calibre 9 milímetros, todos en la parte trasera del cráneo. Luego de darle muerte, abrieron la puerta del conductor y se apoderaron ilegítimamente de la pistola reglamentaria de Ibarra.
Cometieron un error garrafal. En el vehículo, quedaron dos teléfonos de Ibarra que nadie llegó a robar antes de que llegara la policía. Los aparatos aportaron pruebas volcadas en el juicio.
En el debate, además de los testimonios de una vendedora de Ibarra, surgió prueba objetiva. De la puerta trasera del 308 se tomaron huellas dactiloscópicas que, luego se comprobó, eran del Dominicano.
El Dominicano fue detenido el 25 de marzo de 2020 en Villa Constitución; le saltó un pedido de captura tras ser demorado por desobedecer el aislamiento más duro en la pandemia.
Los jueces Gustavo Pérez Urrechu, Carlos Leiva y Gonzalo López Quintana dictaron la condena este jueves por homicidio agravado por uso de arma de fuego, portacion ilegal de arma de fuego de guerra y hurto agravado por el infortunio del damnificado en calidad de coautor.
El Dominicano además enfrenta un pedido de pena de 18 años por otro crimen vinculado con una acción mafiosa perpetrada por la banda de Los Monos. En diciembre de 2021, lo señalaron como el gatillero que disparó al Casino City Center el 11 de enero de 2020, un tiro que tenía fines extorsivos y que terminó con la vida del apostador Enrique Encino, quien se había asomado a un balcón a fumar un cigarrillo.