Un temible sicario de la banda de "Chucky Monedita" fue detenido este martes en Grandoli al 3800 por la Brigada Operativa de la Agencia de Investigación Criminal (AIC). El gatillero, apodado "Nikito", será llevado a audiencia imputativa el próximo jueves por ejecutar balaceras y robos para la organización de barrio Tablada.
Marcelo Nicolás S., de 26 años, se encontraba prófugo en la investigación que lleva adelante el fiscal Pablo Socca de la unidad de balaceras del Ministerio Público de la Acusación, integrada también por los fiscales Valeria Haurigot y Federico Rébola.
"Nikito", en la causa, mantiene fluidos diálogos con Jonatan Ribles, otro sicario de la banda de "Chucky Monedita". En las intervenciones telefónicas ventiladas en la audiencia contra la organización, hablan sobre "ir a robar juntos" y sobre el consumo de "merca".
El 24 de octubre del año pasado, Marcelo Nicolás S. fue baleado en una pierna, lo que motivó su internación y la colocación de clavos. Según expresó él mismo en diálogo con el otro sicario –Jonatan Ribles– el ataque provino de la banda de Lucas Smith –otro pesado del hampa local– a través del cuñado de ese delincuente, quien habría jalado el gatillo.
Según consta en la imputación hecha a la organización en junio, "Nikito", estando internado con clavos en la pierna baleada, manda fotos de la herida al otro sicario y comienza a planear la venganza para el 26 de octubre mediante un "ataque soviético". En ese marco, el gatillero –ya detenido e imputado– Jonatan Ribles le informa que tiene dos ametralladoras, dos pistolas calibre 45 y una calibre 9 y que tiene que ir a una armería a comprar municiones.
"Ya tenemos tres picos y la metra. Vamos a hacer cualquiera, amigo. Ahí ya rescaté otra grandota más y me prestaron una nueve más", le dice Ribles a "Nikito" sobre la planificación de la venganza, y éste responde: "Me llamó mi mujer. Me dijo que como me pegó a mí, también te va a pegar a vos, boludo. Porque nos re zarpamos, así que fijate. Si no, yo mañana me escapo del hospital, vamos los dos y le cagamos a tiros la casa. Hacemos cualquiera. Como vos quieras".
En la conversación que expuso el fiscal Socca en la audiencia de junio, Ribles le manda fotos de las ametralladoras que tiene para la venganza. Y "Nikito" le dice: "Dale con toda, amigo. Que uno por uno los vamos a ir tumbando. Que todos sean de la planchada y pasen por Grandoli. Le vamos a dar a todos. A todos vamos a darles un tiro en la cabeza".
"Mirá cómo nos cuetean (sic). A mí me dejaron a gamba, a vos casi te arrancan la cara. Ya fue tanta amabilidad, amigo. No gastemos más balas al pedo", le insiste Marcelo Nicolás S. a Ribles, ya que ambos estaban juntos al momento de la balacera donde "Nikito" recibió un tiro en la pierna.
Marcelo Nicolás S. será otro miembro de la banda en ser imputado. En junio pasado ya fueron acusados Alejandro Isaías Núñez, alias "Chucky Monedita"; Tamara Ayelén Muñoz; Jonatan Ribles; Abel Bertoni; Nahuel Sebastián Riveros, el gatillero que se filmó con ametralladoras y pistolas; Gianfranco Giglione; Cristian Oscar González; Diego Fernando Romero; el taxista Jorge Inocencio Ojeda; Florencia Aguirre; y Mara Carolina Tedesco. Todos quedaron en prisión preventiva efectiva por el plazo de ley, según resolvió en esa audiencia el juez Facundo Becerra.
La investigación avanzó a partir de la caída de Jonatan Ribles, sicario de la banda, cuando en octubre del año pasado fue detenido con una moto robada, un celular y dos pistolas. Como cambiaba constantemente su línea telefónica, de su teléfono lograron acceder solo a la actividad que tuvo en los últimos diez días, desde que comenzó a usar el último chip.
En esos diez días, el fiscal Socca pudo profundizar para quién trabajaba el gatillero. Y pudo saber que estaba en plena tarea de intentar matar a Carlos A., un testigo protegido en la causa contra el presunto jefe narco Esteban Alvarado. Por ese plan, encargado a cambio de dinero desde prisión por "Chucky Monedita", también fue acusado un taxista que hizo inteligencia en frente del taller de la víctima, quien reportaba todos los movimientos que realizaba para asesinarlo en la calle, ya que contaba con custodia en su domicilio.