Familiares de Javier Ojeda, el joven asesinado de un escopetazo este miércoles en Gaboto y Río de Janeiro, señalaron que el homicida "desapareció" y su familia se mudó tras el crimen. "Tenía un hijo de un año. No se drogaba, no robaba. Vivía para su hijo. Venía de jugar a la pelota. Le rompieron la panza de un escopetazo", dijo una de sus hermanas.
Ojeda tenía 20 años. Fue atacado pasada la medianoche por un vecino que antes de dispararle le tiró un botellazo. "Venía de jugar a la pelota. Mi hermano de 18 años vio cómo le rompieron la panza de un escopetazo", señaló entre lágrimas una de sus hermanas en Cada Día (El Tres).
"Tenía un hijo de un año. No se drogaba, no robaba. Él vivía para su hijo. Ahora se fueron todos y la Policía los cubre. Saben todos acá que mi hermano no hacía el mal, trabajaba para su hijo", agregó sobre el operativo policial que se hizo en lugar luego de un llamado por tensión en la zona entre los familiares de la víctima y del agresor.
La joven comentó que Javier Ojeda fue agredido por su vecino cuando venía de jugar al fútbol "como todos los días".
Micaela, otra hermana de la víctima, expresó que el homicida "mágicamente desapareció" después del crimen y añadió: "Estaba alcoholizado, drogado. Ahí se ve la botella de cerveza que le tiró. Se subió al techo de la casa y disparó. Su familia se está mudando. Se llevaron cuatro fletes con cosas. ¿Quién nos devuelve a nuestro hermano? Quiero que se haga justicia".
Por el asesinato de Ojeda hay dos personas demoradas por presunto encubrimiento. El señalado como autor del crimen está prófugo e identificado.