La sede del sindicato de Empleados de Comercio de Rosario fue atacada con bombas molotov el 8 y el 16 de enero desde un Toyota Yaris bordó que había sido robado días atrás en la zona sur de la ciudad. El dato lo confirmó el fiscal Luis Schiappa Pietra, quien este lunes imputó a Ángel Benítez, un sospechoso de 24 años que quedó preso por los atentados. Además, contó que una vez que secuestraron el auto en Villa Gobernador Gálvez, dos personas intentaron prenderlo fuego en la puerta de la comisaría 25ª.
Según explicó el titular de la Agencia de Criminalidad Organizada en el programa Radiópolis (Radio 2), al menos en el ataque incendiario del 16 de enero pasado, Benítez quedó filmado al bajarse del Yaris y al iniciar las llamas en la puerta de la obra social de Empleados de Comercio. Añadió que también presume que participó en el atentado contra la sede de Urgara, de San Lorenzo al 2000, hecho que ocurrió también ese día y casi a la misma hora.
“En el video que capta el hecho en calle Corrientes hicimos un acercamiento de imágenes y se advierte que uno tiene un tatuaje en el brazo derecho. Es de similares características (al que posee Benítez). Además, lo detuvimos con el vehículo en la puerta de su casa”, amplió.
Schiappa Pietra explicó que después de haber sido trasladado el sospechoso y el Toyota Yaris a la comisaría 25ª, dos personas en moto trataron de prender fuego el auto en la puerta de la seccional. “Tiraron un líquido, personal de la comisaría salió y evitó que se incendiara. Estamos esperando esas actuaciones para agregarlas al expediente”, indicó.
“Con ese vehículo se cometieron dos hechos anteriormente (a los ataques con las molotov). Una balacera en el Parque Industrial Oeste, donde pasaron disparando, y otro evento de similares características en Empleados de Comercio, en el mismo lugar, pero el 8 de enero”, afirmó.
El “evento” al que hizo alusión el fiscal fue referenciado el 17 de enero pasado por la prosecretaria general de Empleados de Comercio Silvana Crocci, cuando contó en Radio 2 que días atrás un grupo de personas había protagonizado un violento episodio contra la institución, pero aseveró que no se había tratado de un ataque directo.
Para el fiscal, los ataques ocurridos el 8 y el 16 de enero “tienen una correlación evidente por el mismo vehículo”. “Ahora nos importa saber qué hay detrás de estos hechos. Estamos trabajando en la instigación, que es lo más complejo”, concluyó.