La foto que en el verano pasado subió el rapero Zaramay a sus redes sociales –él con gesto feroz, portando un fusil y rodeado de otros jóvenes armados– fue pista "cantada" para dar con el arsenal de "Lucho" Cantero este martes. No es la primera vez que personajes del narcotráfico aparecen vinculados con figuras del mundo musical. ¿Qué relación hay? Amistad, fascinación y posibilidades de negocio.
Así lo resumió el fiscal Matías Edery en contacto con el programa Radiópolis (Radio 2). “No solamente con el trap, también hay vínculos con otros estilos musicales”, aseguró y recordó que Ema Pimpi Sandoval, por ejemplo, tenía una productora.
“En muchos casos tiene que ver con la exacerbación de la violencia que hacen estas bandas y existe un vínculo entre esos chicos, personas jóvenes, que le gusta esa música y esa coincidencia nefasta en cuanto al uso y exaltación de armas”, observó. Pero “también porque estas organizaciones permiten lavar dinero –agregó–, no es solamente una cuestión musical, porque en el negocio de la música hay muchas cuestiones que se hacen en negro”.
Edery es uno de los fiscales de la investigación que este lunes secuestró una impresionante cantidad de armas en poder de Los Monos, y detuvo, entre otros, a “Lucho” Cantero –que es, ni más ni menos, que hijo del asesinado Pájaro Cantero– y a su mamá, Lorena Verdún.
Justamente, Lucho Cantero es una de las personas que aparece en la polémica foto con Zaramay y, según explicó Edery, había firmado un procedimiento abreviado por intimidación pública que no avanzó porque nunca se presentó ante la Justicia, ya que pesaba sobre él un pedido de captura activo por homicidio.
En el caso de Zaramay, el fiscal aclaró que no encontraron pruebas de lavado: “Lo investigamos, existía una cuestión de fascinación entre ambos, era una cuestión más amistosa”. Y contó que cuando el músico venía a Rosario, solía hospedarse en casa de alguien de la banda narco.
Después de un tiempo preso, Zaramay realiza ahora tareas comunitarias.