El éxito de la película Argentina, 1985, reactualizó en los medios el debate sobre cómo afrontó aquella democracia que transitaba sus primeros pasos los crímenes de la feroz dictadura militar que gobernó el país entre 1976 y 1983.
Sin embargo, fuera de los focos de las cámaras y de las luces, ese proceso, el juzgamiento de lo actuado por la represión ilegal, continúa en distintos tribunales del país, incluido el federal de Rosario.
El fiscal a cargo de las investigaciones contra los represores que actuaron en los distintos centros clandestinos de detención que funcionaron en Rosario y su zona es Adolfo Villate, que entrevistado por Desde la Redacción habló de sus sensaciones tras ver la película de Santiago Mitre y también sobre la importancia de que 40 años después continúen los juicios.
Villate contó que fue a ver la película junto a su hija de 13 años, en parte con la intención de que la adolescente pudiera entender cuál es su trabajo. Y si bien marcó algunas omisiones históricas, valoró el rol didáctico que cumple el film para que las nuevas generaciones conozcan lo que fue y significó el juicio a las juntas.
En cuanto a los juicios actuales, reveló que aún hay víctimas que no dieron testimonio y que ahora lo hacen, algo que entiende fundamental para que la Justicia cumpla su función reparadora.
Es que no es solo virtuosa la posibilidad de castigar los peores delitos imaginables, sino también que la palabra circule, libere eso que estuvo estancado durante años. Que eso ocurra en un ámbito institucional es fundamental para consolidar el sistema democrático desde un concepto muy valioso: el Estado de derecho se hace cargo de poner sobre la mesa lo que hizo el terrorismo de Estado para convertir al Nunca más en una realidad permanente, y no en una consigna de época.