Pasó el debut de Argentina en esta nueva Copa del Mundo y el resultado lo dice todo.
Pero el análisis siempre debe hacerse, sobre todo pensando en lo que vendrá. Fueron dos tiempos bien marcados; la primera mitad sin sobresaltos, con un argumento de orden y achique de la defensa árabe y un juego de control de balón, sin profundidad del equipo nacional.
En el segundo tiempo Argentina entró dormida y en 10 minutos se lo dieron vuelta. Los nervios consumieron a los de Scaloni, no tuvo ideas y la claridad necesaria para quebrar a una ordenada defensa de Arabia.
Ahora, sin margen de error, hay que rezar por ganarle al equipo del Tata.
El entrenador de la selección tendrá cuatro días para trabajar en algo que desconoce, apuntalar al equipo en lo anímico desde una derrota fuerte.
En los 4 años que lleva dirigiendo todo fue en ascenso, esta es la primera piedra en un camino que era solo flores.