Nunca antes la elección para las cámaras de Diputados y Diputadas de Santa Fe tuvo la relevancia que tendrá la disputa entre Clara García de Unidos, Omar Perotti de Juntos Avancemos y Amalia Granata de Unite. Hay más listas en juego, pero según los consultores estas tres conforman un primer escalón de preferencias, por lo tanto se anuncia una elección de tercios.
Entre las razones están los 20 puntos de diferencia que Unidos le sacó al peronismo en las Paso, lo que trasladó la expectativa al escenario de gobernabilidad con el que se encontraría Pullaro si esa fuerte tendencia que marcaron las Paso se confirmase el domingo.
En esa línea Pullaro volcó sus esfuerzos para el triunfo de la lista que encabeza Clara García, con quien la une la empatía propia de ser la viuda de quien él considera “el mejor gobernador de la historia”. Juntos fueron a pedir el voto a cada rincón de la provincia para asegurarse un piso de gobernabilidad si finalmente el radical se sienta en el sillón del Brigadier y para evitar que Omar Perotti se quede con el control de la Cámara.
También se puso al hombro las candidaturas de Unidos que tienen posibilidad de arrebatarle bancas al peronismo: Rosario, San Martín, San Javier y Belgrano las apuntan como las más accesibles; y un escalón más abajo La Capital, Las Colonias y San Lorenzo. “La victoria embellece y facilita todo”, dice un operador peronista con cierta nostalgia, mientras observa a Unidos en una campaña ordenada, integrada en todas las categorías y prolija, y a Juntos Avancemos con dificultades para unificar estrategias y mostrarse juntos.
Un segundo tercio lo representa la lista del gobernador Perotti, que llega a la elección sin gozar de la ventaja indiscutible con la que fueron electos sus antecesores. El rafaelino llega jugado al 10-S, pero competitivo.
El tercer tercio, el de Amalia Granata, es el más difícil de descifrar. Su campaña es mínima, enfocada en redes sociales y algunas pocas entrevistas en medios porteños friendly. Quienes la asesoran ven riesgoso someterse al escrutinio de la prensa local, y le aconsejan evitarla.
Ese cuidado excesivo tiene sus razones. Mientras a Carolina Losada se le reprochó con razón –y seguramente fue un factor que incidió en la derrota– que no vivía en la provincia (recordar aquella desafortunada frase “Si gano me vengo a vivir a Santa Fe”), Granata transitó airosa esa contradicción en estos cuatro años como diputada. Nadie le pregunta por qué sigue viviendo en un country en el norte del Gran Buenos Aires, a la par de la Panamericana. Allí hace su vida en familia y es donde su hija va a la escuela, no en Santa Fe.
Granata usufructúa su condición de mediática en las elecciones de 2023 como lo hizo en 2019. En ese entonces fue la candidata de la ola celeste. En 2021 saltó a Juntos por el Cambio para intentar ser senadora nacional como segunda del PRO Federico Angelini. Y este año su motivación es ir contra “la casta”, a pesar de su lista está llena de “casta política” y que Javier Milei dinamitó todos los puentes con ella.
Los que conocen lo efímero de ese vínculo dicen que murió en un diálogo por Whatsapp, cuando el ahora candidato presidencial, vehemente como es su estilo, la trató de traidora por sus likes en redes sociales a la conductora de TV Viviana Canosa y por haber participado en el programa en el que se mofaban de él.
Aun residiendo en Buenos Aires y haciendo gala de oportunismo electoral, Granata demostró estar vigente. En las Paso del 16 de julio obtuvo el 6,7% y para las generales se entusiasma con una trepada mayor a la de 2019, cuando pasó del 5,7 al 10% y se quedó con seis bancas de las 50 bancas. Días atrás, en uno de los pocos reportajes que dio en Buenos Aires dijo que ganaría, que presidiría la Cámara y se quedaría con la mayoría de 28 bancas.
A pesar del batacazo de 2019, el papel como diputada de Granata en los últimos cuatro años fue más que discreto. “Intrascendente”, dice un legislador de los que se sienta en la mesa principal de las decisiones de la Cámara. Seguramente no es la única, pero en su caso llama la atención por el lugar que le asignaron las urnas entonces y el que le auguran ahora.
La historia de esa lista de 2019 merece un párrafo. Conformada por candidatos antiaborto de extracción católica y evangélica, que con ella en el primer lugar logró el 10% de los votos, estalló en mil pedazos a poco de asumir, todo cruzado por peleas, denuncias, tironeo por cargos. El parecido con la farándula televisiva es pura casualidad.
El perfil frentista de la política santafesina se refleja sobre todo en las listas para la Cámara de Diputados. La de Unidos, encabezada por Clara García, refleja una heterogeneidad amplísima porque amplísima es la heterogeneidad del frente que conformaron socialistas, radicales, el PRO, PDP, CREO, entre otros. La interna del peronismo configuró una lista con mayoría de funcionarios del gobernador, intercalados con massistas, del Evita, La Cámpora, rossistas, etc.
En cambio, la heterogeneidad de la lista de Granata no está anclada en alianzas políticas-partidarias o territoriales, porque no las tiene ni trabajó en ello en estos cuatro años. La conformación final se asemeja a un polirrubro, más que a una lista diversa y heterogénea en términos de pertenencia partidaria y adhesiones ideológicas –la propia Granata recurre al latillo “Juntos por el Cargo” para descalificar a Juntos por el Cambio, del que fue candidata en 2021–.
Los tres primeros lugares de esa boleta los completó con nombres cercanos: ella, su asesor en la Cámara Emiliano Peralta y su amiga personal y empresaria multifacética Alicia Azanza. Otros nombres conocidos son Sara Brouwer, esposa de José Bonachi, el emprendedor de sellos electorales que tiene montado un negocio multimillonario en Santa Fe y a nivel nacional y que provee la arquitectura jurídica y electoral de la lista. El abogado peronista todoterreno Daniel Machado, de larga historia como vinculador entre políticos y reconocidos hombres de negocios del sur provincial. Y el dueño de un equipo de autos de competencia del sur santafesino.
Los tres tercios que disputan la mayoría en la Cámara de Diputados no juegan solos. Un escalón más abajo vienen tres listas encabezadas por diputados actuales que buscan la reelección. La del Frente Amplio por la Soberanía que encabeza Carlos Del Frade, Igualdad y Participación con Rubén Giustiniani y Viva la Libertad con Juan Argañaraz.
La perfomance que obtengan estas listas puede incidir sobremanera en el resultado final de la categoría Diputados. Según coinciden los consultores, hay afinidades entre los electores de estas listas del segundo escalón con las que compiten por el premio mayor.