Sólo dos fechas bastaron para comprobar que la Copa de la Liga tiene una altísima temperatura y que los puntos parecen valer mucho más que en cualquier otra competencia aunque sean los mismos. La brevedad de la disputa transforma al torneo en una coctelera de la que ya salieron despedidos dos entrenadores, hubo varios expulsados y muchísimas polémicas.

En medio de esa parafernalia, ¿cómo sería una buena campaña para Newell’s y Central? Más allá de los objetivos lógicos, ¿hasta dónde deberían llegar para alcanzar un aprobado?

Hay dos metas, una es el acceso a las competencias internacionales de 2024, que arrastra una base de la Liga Profesional, y la otra es terminar entre los primeros cuatro de cada una de sus zonas para alcanzar los cuartos de final.

Es probable que una cosa traiga a la otra: terminar entre los primeros supone una buena campaña y un envión para clasificarse al menos a la Copa Sudamericana del año próximo.

Ser protagonista en la Copa de la Liga debería ser casi una obligación para dos equipos que hasta aquí mostraron más irregularidades que otra cosa, aunque Central estuvo un escalón más arriba en la Liga.

La brevedad de la disputa transforma al torneo en una coctelera de la que ya salieron despedidos dos entrenadores

Hubo 7 puntos de diferencia en favor del equipo de Russo que hizo una fortaleza de la localía. Newell’s tuvo una gran fase de grupos en la Sudamericana, pero desatendió el torneo. Y enseguida se quedó sin el pan y sin la torta.

Pero eso es historia antigua. Newell’s limó la diferencia en apenas dos fechas y se puso a dos de los canallas. Le recortó cinco puntos en un puñado de partidos que mostraron lo mejor de uno, Newell’s, y lo peor del otro, Central.

Más allá de lo realizado en las dos primeras fechas ambos deberían terminar entre los cuatro primeros de cada zona para después buscar el destino en los mata-mata de cuartos de final en adelante.

Cualquier campaña que no los ubique entre los cuatro primeros de sus zonas será de floja para abajo. Sin eufemismos.

Es cierto, un rápido repaso por el mercado de pases no da como para ilusionarse demasiado.

El correr de las fechas determinará la suerte de cada uno, pero son clubes grandes que necesitan ser protagonistas.

El arranque de la Copa fue promisorio para uno y muy flojo para el otro. Todavía hay tiempo para remontar y también para consolidar, pero no demasiado, es un torneo corto que cobra muy caras las malas rachas. Eso quedó claramente expuesto en las dos primeras fechas.

Las permanentes buenas campañas de instituciones como Defensa y Justicia o Talleres, por ejemplo, desnudan a las entidades rosarinas a las que hace unos cuantos años que les faltan cinco para el peso.

¿Tienen mejores planteles Talleres y Defensa, o simplemente juegan mejor?

Que otros puedan también representa un incentivo. Si los de acá trabajan seriamente, los resultados llegarán por decantación, pero deben apurarse, el final de la carrera está a la vuelta de la esquina: faltan 12 partidos para acomodarse.

No hay que dar ninguna ventaja porque a pesar de todo hay tiempo para recuperar terreno y ser protagonista. También se puede dilapidar todo lo que se logró. Ya hubo señales de ello.