“La decisión de estar acá es un gran porcentaje de lo que uno siente por este club”. El 7 de noviembre del año pasado Gabriel Heinze fue presentado como entrenador de Newell’s y no hubo una sola persona del mundo rojinegro que no se sintiera orgullosa del nombramiento.
Todo acabará el próximo fin de semana, cuando Newell’s reciba a Defensa y Justicia en el Coloso.
“Hoy me toca estar, posiblemente, en el lugar más lindo. No sé si va a haber otro lugar más lindo donde yo vaya a trabajar poniendo el corazón. Es muy difícil encontrar eso, levantarte todos los días e ir a un lugar que es ideal para trabajar, que es un lugar muy rico por toda la historia y donde uno pone el corazón y muchas cosas en juego. Eso es lo más lindo, no es presión. Viví un año en un lugar muy lindo y me han dejado trabajar. El próximo partido va a ser el último en el que voy a estar en Newell’s. Me dejaron trabajar muy bien. Es un privilegio estar en este club y el que venga se va a sentir muy bien", dijo el Gringo confirmando el cierre de su etapa. Fue el domingo pasado en el vestuario de la Bombonera tras la derrota 1 a 0 frente a Boca.
La segunda parte del año fue futbolísticamente muy mala para Newell’s. Eliminado muy rápido de la Copa Sudamericana, su principal sostén, el equipo comenzó un derrotero de inseguridades que se profundizó en el clásico y terminó dejando al equipo afuera de todo. Asunto concluido, ciclo terminado.
Pero, se insiste, nadie levantó la mano para protestar por la contratación de Gabriel cuando fue anunciado por el presidente Ignacio Astore. Todo lo contrario.
“Son muchos sentimientos, la decisión de estar acá es un gran porcentaje de lo que uno siente por este club. Hicimos un análisis y nos motivó más el equipo. La decisión no me costó, es muy importante lo que hemos analizado, porque será la verdad para el día de mañana”...
El pueblo leproso debería despedir con aplausos a un entrenador que se equivocó varias veces y pagó con su cargo. Pero tiene un historial irreprochable como futbolista rojinegro
En noviembre del año pasado las redes sociales se llenaron de elogios al Gringo, que volvía al club luego de ser campeón como jugador en 2013 y un par de experiencias positivas como entrenador en Argentinos Juniors y en Vélez, no así en Atlanta United de Estados Unidos.
Hoy, un año después, la historia es completamente diferente.
“La no clasificación y la derrota es un tema de responsabilidad mía. Dije que me iba a quedar hasta el último día, soy el responsable y siempre voy a estar con los jugadores y la institución”.
Más allá de la bronca, de los malos momentos compartidos, la gente de Newell’s debería despedir con aplausos al Gringo, al que los resultados le dieron la espalda porque cometió errores que seguramente le servirán para crecer como entrenador.
Gabriel Heinze es parte importante de la historia de Newell’s y lo seguirá siendo. Los resultados como técnico lo dejarán atado a un momento no feliz de la institución que, además, no arrastraba grandes experiencias como para hacer comparaciones muy desfavorables.
El año 2024 llegará con otro entrenador. ¿Seguirá el estilo futbolístico del Gringo? ¿Serán otras las características? ¿O sólo se buscarán espaldas para proteger una gestión que, como todas en el fútbol argentino, está atada a los resultados deportivos?
Pero, se insiste, fundamentalmente, el pueblo leproso debería despedir con aplausos a un entrenador que se equivocó varias veces y pagó con su cargo. Pero tiene un historial irreprochable como futbolista rojinegro. Fue campeón en 2013, no todos pueden levantar la mano y decir “yo fui campeón con Newell’s”.
Habría que recordarlo el día de la despedida. A pesar de los pesares, Heinze se merece un reconocimiento.
“Hoy me toca estar, posiblemente, en el lugar más lindo. No sé si va a haber otro lugar más lindo, donde yo vaya a trabajar poniendo el corazón”...