La Copa Sudamericana no es la Libertadores. Es complicada, pero no tanto. Entrega muy buenos premios, pero menos. Definir casi siempre de visitante es un problema. Desde que no se reconoce el gol de visitante como principal criterio de desempate ya no es lo mismo. Antes era mejor cerrar las series fuera de casa después de mantener el arco en cero de local. Ahora esa estrategia ya no corre.
Central deberá cambiar el chip. Pasó de ser un integrante más de la Copa Libertadores a un protagonista en la Sudamericana.
¿Cabeza de ratón o cola de león?
Ahora los rivales serán Racing, Boca, Paranaense, Corinthians, Fortaleza. También pueden sumarse Gremio, Inter o Estudiantes.
Primero deberá superar los 16avos de final y después, la dificultad dependerá de los cruces, que se definirán por sorteo.
Pero el Central de la Sudamericana no será el de la Libertadores. Se supone, se presagia, que será un equipo fuertemente reforzado al que si le funciona el juego estará capacitado para competirle a cualquiera que se le ponga enfrente.
Deberá hacerse más fuerte en el Gigante. Paradójicamente, los mejores momentos del equipo de Russo en la fase de grupos de la Libertadores fueron de visitante: en Belo Horizonte y en Montevideo frente a rivales que se hacen muy poderosos cuando son locales. Por momentos Central los dominó.
El carácter canalla, la personalidad del plantel, claramente potenciada con las llegadas de Ruben y Copetti, es un punto innegociable para competencias internacionales. Se bancó un partido callejero, pendenciero, picante, frente al mismísimo Peñarol, cinco veces campeón de América, aunque con un presente mucho más humilde que aquellos tiempos de gloria.
Puede que no tenga los protagonistas adecuados para ser campeón, pero nadie puede atreverse a asegurar que Peñarol no sabe jugar la Libertadores. Y Central se le plantó sin complejos. La actitud, a veces denostada, es mucho más importante de lo que parece en un deporte que, como todos, siempre responde a un estado de ánimo.
“Estamos aprendiendo cómo se juega de visitante en la copa. Estamos compitiendo contra rivales importantes y por eso nos vamos doloridos porque queríamos seguir en la Libertadores”, dijo Miguel en la conferencia de prensa tras la batalla del “Campeón del siglo”.
Desde lo económico para Central era mejor seguir en la Libertadores, pero en el aspecto deportivo, la Sudamericana, sin ser accesible ni por casualidad, entrega mayores chances. Es algo lógico. Por algo son la primera y la segunda competencia continental.
¿Puede Central ser protagonista en la Sudamericana? Por supuesto que sí. Está prohibido subestimarla.
Para eso el mercado de pases será fundamental. De hecho, la dirigencia ya adelantó unos cuantos casilleros al respecto. Pero aún falta más tarea por realizar.
Tiempo es lo que sobra.