*Por Sergio Aladio, Secretario General del Sindicato de Camioneros de la Provincia de Santa Fe
En todas las sociedades existen mitos aplicados a diferentes temas. Del mismo modo, en algún sector de nuestra sociedad -por interés, por posición política o simplemente por ignoranciase imagina a los sindicatos como instituciones que carecen de utilidad para el desarrollo de una nación.
Sin embargo, cuando observamos a los países con mayor calidad de vida del mundo, vemos que cuentan con sindicatos fuertes, negociaciones colectivas y altos niveles de sindicalización. En dichas naciones, el gremialismo desempeña un papel significativo en la mejora de las condiciones laborales, la igualdad económica y el bienestar general de los trabajadores y la sociedad en su conjunto.
Esto es particularmente evidente en los países nórdicos, como Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia. A este listado se suman, por ejemplo, Canadá, Alemania, Austria, Países Bajos, Suiza, Japón, Singapur y Australia. Todos ellos en la cima del ranking de nivel de vida y con robustos sindicatos.
Un común denominador de estas naciones con superior calidad de vida es que existe cooperación y diálogo entre los sindicatos, los empleadores y el Estado. Este modelo de colaboración social se refleja en la negociación colectiva multinivel, donde los sindicatos desempeñan un papel esencial en la determinación de las condiciones laborales y salarios justos. Esta colaboración ayuda a mantener el equilibrio entre los intereses de los trabajadores y los empleadores, lo que a su vez contribuye a la estabilidad económica y social.
El caso de Australia es particularmente interesante, ya que es un país con varias semejanzas al nuestro: naciones jóvenes con amplios territorios, fuerte incidencia inmigratoria, recursos naturales y producción primaria, ambas en el hemisferio sur y situadas allá lejos, en latitudes similares.
El funcionamiento de los sindicatos en Australia se remonta al siglo XIX, habiendo evolucionado y adaptándose a lo largo del tiempo. La globalización ha traído consigo un conjunto de desafíos cruciales para el movimiento sindical y los sindicatos australianos han respondido ampliando sus programas para abarcar temas como el establecimiento de relaciones con organizaciones internacionales, influir en políticas internacionales y organizar campañas a nivel mundial.
Una de las respuestas clave de los sindicatos australianos a la globalización es la formación de sindicatos globales, que incluyen la Confederación Sindical Internacional (CSI) y otras federaciones sindicales internacionales. Estos sindicatos establecen relaciones con organizaciones internacionales de peso, como el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, con el objetivo de promover una globalización justa y asegurar que se cumplan las normas fundamentales de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) en instancias en donde intervienen las mencionadas instituciones financieras.
En Argentina, la relación entre sindicatos y empresas ha sido históricamente compleja y ha estado marcada por tensiones y contiendas. La armonía entre sindicatos y empresas en nuestro país es un desafío que requiere el esfuerzo conjunto de ambas partes, así como un marco legal adecuado y un compromiso del Gobierno, a fin de promover un diálogo constructivo para encontrar soluciones que impulsen el crecimiento económico y mejoren las condiciones laborales. Solo a través de un enfoque colaborativo y responsable de todas las partes se podrán superar las dificultades históricas y avanzar hacia una relación sensata y beneficiosa para todos los actores involucrados.
El trabajo conjunto sindicatos-empresas es una tarea posible y necesaria para que Argentina se ponga de pie. Eso requiere que construyamos una relación de confianza, de verdadero respeto mutuo y de comprensión de los intereses y necesidades de ambas partes.
Necesitamos fortalecer mesas de diálogo y negociación, estudiar formas razonables de participación en la toma de decisiones, encontrar mecanismos eficientes de resolución de conflictos, fomentar la responsabilidad social empresaria, colaborar en la legislación laboral, y -sobre todo- apostar a la educación. Efectivamente, los sindicatos podemos brindar oportunidades de formación a los trabajadores que faciliten el desarrollo de mentalidades integrales, beneficiando tanto al empleado, al mejorar sus habilidades y perspectivas laborales, como a la empresa, al contar con una fuerza laboral más calificada y motivada.
Aprendiendo de nuestra propia historia y de la experiencia de los demás, desde nuestro sindicato hemos comenzado a transitar el modelo de la evolución, la capacitación, el diálogo y la cooperación, nacional e internacional. Sabemos que queda muchísimo camino por recorrer, pero también que "un viaje de mil millas empieza con el primer paso". Somos conscientes de que el éxito no se construye en el paso final, sino en cada paso dado en el presente y en la justa dirección.
Invitamos a todos a sumarse a este curso de acción cuyo objetivo es lograr un país más próspero y seguro, con toda la fuerza del trabajo, a lo largo y a lo ancho de nuestra sociedad.