Hay que prestarle atención a Central en los mano a mano. Ya lo demostró en la Copa de la Liga que ganó después de haberse clasificado a los play off casi de casualidad.
Es un equipo al que le cae como anillo al dedo el mata-mata. Aquella vez se sacó de encima a Racing y a River, dos rivales potencialmente superiores. El martes, eliminó a Inter de Porto Alegre, un plantel con muchos nombres, pero con temperamento insuficiente para torcer una serie que venía levemente inclinada para el equipo de Arroyito. Ese mismo temperamento que le sobró a Central para jugar poco y pelear mucho una serie que, como aquellas de la Copa de la Liga, no lo tenían como favorito.
Podrá decirse que Central no brilló en el Beira Río, pero también deberá reconocerse que no hacía ninguna falta que eso sucediera. Sólo era necesario jugar con el resultado de la ida para llevar el partido a un ámbito psicológico que Russo y su gente conocen a la perfección.
Siempre se dice que hay momentos de los partidos en los que hay que saber sufrir. Y eso es lo que hizo Central al comienzo. Después, maniató a su rival, le regaló la pelota e Inter no supo qué hacer con ella.
El equipo de Russo bancó el sofocón del empate y después manipuló el desarrollo a su antojo. No hay que dejarse llevar por lo que se ve, hay que prestarle atención a lo que pasa. Y lo que pasó es que Central manejó la serie desde el minuto 1 en Arroyito hasta el 90 y tantos del Beira Río.
A Central en la diaria le cuesta más, tendrá un partido duro hoy con Huracán, pero en los mata-mata es un equipo temible.
¿Es candidato entonces? No es para tanto, pero es para prestarle atención.
¿Puede ganar la Sudamericana? Tranquilamente. Las bases estratégicas son sólidas para partidos de 180 minutos.
¿Puede quedar eliminado en octavos de final? Y sí, todo es posible en el fútbol, pero lo importante es que tiene con qué ilusionarse.
¿Puede ganar la Sudamericana? Tranquilamente. Las bases estratégicas son sólidas para partidos de 180 minutos
Se insiste, en los mano a mano, Central le pelea a cualquiera. Y en el banco de suplentes tiene con qué capear cualquier contingencia del juego.
El martes Russo pudo meter mano entre los sustitutos y encontró respuestas para los momentos del partido que su equipo debía afrontar.
Fortaleza, el próximo rival, el de Juan Pablo Vojvoda, juega mejor que Inter, pero tiene nombres de menor jerarquía. Es un rival de cuidado, pero no imposible.
A mediados de agosto empezará a escribirse esa historia, pero mientras tanto el pueblo canalla tiene elementos y argumentos para ilusionarse.