El comunicado oficial del club de Arroyito fue escueto: anunciaba que Bauza dejaba de ser técnico de la institución. La derrota con Lanús hizo que la dirigencia no esperara otro encuentro para tomar la decisión de ponerle punto final a la historia entre ambos. La famosa frase que deslizó a Telenoche el extrovertido vicepresidente Ricardo Carloni (“No tiene plazos el DT”) se esfumó en apenas 90 minutos de juego con el Granate.
La opinión sobre el futuro del DT estaba dividida en la dirigencia entre los que querían que siguiera -porque pensaban que podía revertir el camino- y los que a esta altura pensaban que en diciembre habría que haberle puesto punto final al ciclo. Las redes sociales influyen muchísimo en estos tiempos que corren, sobre todo en esta actual conducción que se deja influenciar por lo que dicen en la red del pajarito.
Muchos nombres comenzaron a circular, muchos nombres que empezaba a manejar el manager Mauro Cetto y otros tantos que aparecían como cada vez que un conductor deja un equipo. Pero los popes auriazules decidieron darle una oportunidad a un hombre del riñón de la casa, que sabe de batallar, que ha dejado siempre todo en el terreno de juego: Paulo Ferrari, quien ahora tendrá que hacerlo desde el banco pero tomando decisiones para sacar al grupo adelante.
No tiene experiencia, es verdad, pero la experiencia no te da resultados positivos, no te da copas ni te garantiza el éxito. El Loncho tiene a su favor que sabe lo que pretenden desde el club los dirigentes, los propios hinchas y los jugadores, porque hasta hace poquito tiempo estaba "de ese lado del mostrador”.
La historia ya está escrita. Un día, el Patón Bauza volvió a Central, a su Rosario Central y salió campeón como DT, algo que pudo lograr luego de muchos años de exilio. Ahora le tocó irse, aunque no de la mejor manera. Pero tampoco se va de la peor, porque logró un titulo para el club después de varias décadas. Y eso nadie podrá borrarlo.
Ahora, Ferrari empezará a escribir la suya.