No, no es conocido como su yerno, el mejor jugador de fútbol del mundo. Pero en Rosario José Rocuzzo, el padre de Antonela, la joven que el viernes se casará con Lionel Messi, es todo un mito.
Roccuzzo es dueño de un supermercado minorista y otro mayorista en la zona oeste de la ciudad y también es propietario de una reconocida distribuidora de golosinas y galletitas. Se cuenta de una particular estrategia que adoptó para que sus locales no fueran saqueados en momentos de convulsión social en Rosario.
De extremado perfil bajo, es fanático del fútbol y fervoroso hincha de Newell's Old Boys. Amante del tenis, juega dobles desde hace años en un club cercano al Distrito Oeste.
Sin grandes virtudes físicas para el deporte de la raqueta, dicen que es muy inteligente a la hora de plantear una estrategia en la cancha y es ahí donde saca ventaja. Los que concurren habitualmente al club aseguran que algunas veces lo llevó a Messi "enfundado" a jugar al tenis “en las canchas de atrás, para que nadie se diera cuenta”. Su hija Antonela también tomó clases de tenis mucho tiempo en el mismo lugar.
Suele trasladarse por la ciudad en un auto viejo, algo desvencijado. “El nuevo solo lo saca en algunas circunstancias especiales”, dicen los que lo conocen. No le gusta presumir ni aparentar y es un gran contador de anécdotas. Como aquella de la época de los saqueos, cuando decenas de personas quisieron meterse en su negocio para arrasar con todo. Rápido, hábil y resolutivo, mandó a sus empleados a romper botellas de aceite en la vereda cuando vio que se acercaba el “malón”. De esta manera los saqueadores se vieron obligados a alejarse cuando se dieron cuenta que patinaban sobre el vidrio triturado.
La del Mundial de fútbol de Brasil fue otra de las historias en las que mostró su audacia. Iba con unos amigos en un micro que los trasladaba de una ciudad a otra, cuando de pronto, subieron delincuentes fuertemente armados que dispararon contra el techo del autobús. José, que estaba en uno de los últimos lugares pudo esconder su billetera y sus pertenencias y fue el único de los pasajeros que logró que no le robaran nada
A José también le gusta contar una anécdota que no lo tiene a él como protagonista, sino a sus otras dos hijas, que habían sido invitadas por Antonela y Leo a pasar unos días a Ibiza. Cuando las jóvenes llegaron a España, no pudieron pasar Migraciones –uno de los problemas era el escaso dinero que llevaban– y al tener que dar explicaciones a las autoridades aeroportuarias dijeron que iban invitadas por Messi. La situación se volvió bastante tensa ante la incredulidad de los empleados. Tras la insistencia de las chicas, llamaron a un número y confirmaron que del otro lado de la línea estaba la estrella del Barcelona. Así fue como finalmente pudieron ingresar a España.
Parsimonioso, a pocos días de la boda de su hija con el astro del fútbol, José Roccuzzo parece seguir como si esta semana fuera una más y se lo puede ver atendiendo como siempre a los proveedores en su negocio o jugando al tenis, tal como lo hizo el lunes y al parecer lo hará también el jueves... como siempre.