La película argentina “El ciudadano ilustre”, de Mariano Cohn y Gastón Duprat, se consagró este sábado en Madrid como la Mejor Película Iberoamericana de la cuarta edición de los Premios Platino. El mismo galardón se suma a los que recibieron su protagonista, Oscar Martínez, y su guionista, Andrés Duprat, en una ceremonia que contó con la presencia de grandes artistas latinos, shows musicales y la conducción de la actriz y cantante Natalia Oreiro.

Además de esas distinciones, la última película de los autores de “El artista” y “El hombre de al lado”, que narra las desventuras de un escritor argentino célebre en Europa y ganador del Nobel de Literatura que regresa a su pueblo natal después de muchos años, obtuvo ayer los Premios del Público a Mejor Película y Mejor Actor, por lo que su performance fue casi perfecta, salvo por el Premio a la Mejor Dirección, que quedó en manos del español Pedro Almodóvar.

“Estamos muy contentos porque fue un proceso largo y difícil, de más de cinco años, pero valió la pena. No nos imaginamos que un tema tan argentino podía traspasar nuestras fronteras y gustarle a personas de tantos países diferentes”, afirmó Duprat, que subió al escenario montado en el estadio de la Caja Mágica de Madrid –donde generalmente se disputan torneos de tenis– junto a Cohn, Martínez y el productor Fernando Sokolowicz.

Por su parte, visiblemente emocionado, Cohn le dedicó el premio a su hermano Alejandro, “que trabajó en varias de nuestras películas y hace dos años fue víctima de un crimen brutal. Nunca voy a dejar de pensar en él y en pedir justicia por lo que le pasó”.

El film argentino, que superó a “Julieta”, de Pedro Almódovar, “Neruda”, de Pablo Larrain, “Aquarius”, de Kleber Mendonça Filho, y “El hombre de las mil caras”, de Alberto Rodríguez Librero, las otras candidatas al mayor lauro de los Platino, viene de ganar el Premio Ariel de la Academia de Cine de México, el Premio Goya de la Academia española y el Premio a Mejor Actor en el Festival de Venecia, entre más de 25 reconocimientos internacionales.

La actriz y cantante uruguaya Natalia Oreiro, que estaba nominada como Mejor Actriz y que el sábado obtuvo el Premio del Público por su papel en “Gilda, no me arrepiento de este amor”, de Lorena Muñoz, se desempeñó con soltura como conductora –ya lo había hecho el año pasado en Punta del Este– pese a una pequeña disfonía que no le impidió bromear, jugar y entretener a la audiencia junto al comediante español Carlos Latre.

Por su parte, el español Pedro Almodóvar se quedó con el Platino a la Mejor Dirección por su trabajo en “Julieta”, el drama de una madre que es abandonada por su hija, que desaparece de un momento a otro sin dejar rastros, y dedicó el premio “a todas las personas que siguen buscando a sus familiares desaparecidos” durante la Guerra Civil en su país.

“No les crean a aquellos que les digan que excavar las fosas para buscar los restos de esos desaparecidos es algo que vaya a reabrir viejas heridas, porque en realidad eso va a cerrar todas las heridas que nos quedaron de esa maldita guerra”, aseguró el autor de “La piel que habito”, “Todo sobre mi madre” y “Matador”, entre otras grandes películas.

La actriz brasileña Sonia Braga –que en 2014 había sigo galardonada con el premio de Honor a la trayectoria– obtuvo el Platino a la Mejor Actriz, por su interpretación de una escritora y crítica musical a la que quieren expulsar de su casa en “Aquarius”, de su compatriota Kleber Mendoca Filho, y recordó que el director la “revivió” como actriz ya que no trabajaba en su país desde hacía más de 20 años.

El premio a la Mejor miniserie o teleserie cinematográfica (que se entregó por primera vez en esta edición) fue para “Cuatro estaciones en La Habana”, una coproducción entre España y Cuba basada en una novela del escritor cubano Leonardo Padura sobre los últimos 30 años en la capital cubana, mientras que el premio al Mejor Documental fue para el filme español “2016. Nacido en Siria”, del argentino Hernán Zin, sobre el drama de los refugiados que huyen de la guerra y otras tragedias en busca de asilo.

La película “Un monstruo viene a verme”, del español Juan Antonio Bayona, obtuvo cuatro de los principales premios técnicos: Mejor Montaje (Bernat Vinaplana y Jaume Mart), Mejor Dirección de Arte (Eugenio Caballero), Mejor Fotografía (Óscar Faura) y Mejor Sonido (Peter Glossop, Oriol Tarragó y Marc Orts), mientras que el Platino a la Mejor Música fue para su compatriota Alberto Iglesias, ganador de diez Goyas y tres veces nominado al Oscar, por su trabajo para “Julieta”, de Almodóvar.

En el rubro Mejor Película de Animación el premio también se quedó en España y fue para “Psiconautas, los niños olvidados”, mientras que el premio a la Mejor Educación en Valores fue para la cubana “Esteban”, y el de Mejor Ópera Prima para la coproducción venezolana mexicana “Desde allá”.

La ceremonia tuvo mucho color y música, con destacadas actuaciones del argentino Abel Pintos, la española India Martínez, Gente de Zona, Los del Río y el rapero español Arkano, que bajó del escenario y recorrió los pasillos entre las butacas pidiendo a Almodóvar y a otros de los presentes cualquier palabra que se les ocurriera en el momento, para sí improvisar rimas relacionadas con el cine iberoamericano y los Platino.

Además, Enrique Cerezo, presidente de Egeda, entregó el premio Platino de Honor al actor y director estadounidense Edward James Olmos (ya se lo habían entregado “informalmente” ayer, durante una rueda de prensa), quien aseguró que "fue un honor tan grande cuando me lo anunciaron que llegué a las lágrimas como lo estoy ahora".

El recordado teniente Castillo de la serie “División Miami” le dedicó el premio a Jaime Escalante, un maestro boliviano que él mismo encarnó en la película “Lecciones inolvidables”, porque –según dijo– “nunca dejó que ni un obstáculo le detuviera, ni a él ni a sus pupilos, y eso se me quedó bien clavado en mi interior. El talento no tiene fronteras ni límites, solo requiere de oportunidades”.

Durante la ceremonia se anunció que la próxima edición de los Platino se celebrará en abril de 2018 en la Riviera Maya, en México.

Fuente: Télam