Cuando desde el Estado ordenaron restricciones por el coronavirus, Jimena Barón decidió irse a la casa de Daniel Osvaldo, su ex y padre de Morrison, el hijo que tienen en común. Las seguidoras de "La Cobra" no entendían los motivos y se preocuparon, ya que la separación de ambos fue polémica. Por primera vez, la actriz habló del tema.
"En la pandemia no volví, fui a la casa por una cuestión de espacios a recuperar mis cosas de noche cuando dormía, nunca lo conté, lo cuento acá, basta", dijo al aire en un programa de Streaming y agregó: "Recuperé todo, mi ropa, mis productos. No fui a buscar mis cosas, tenía a mi hijo en un departamento así (hace la seña de pequeño) y se me complicó. El departamento divino, pero muy pequeño".
Sin embargo, la relación de convivencia no funcionó. "Era una casa de cuatro pisos en Banfield, comimos asado y en algún momento sí dije: «Momo que no tiene un pu.. recuerdo de nosotros buena onda». La buena onda duró 15 minutos y nos retiramos con todas mis cosas", dijo.
Además, dejó en claro que no le afectó el irse. "Revival tuve en la primera separación. Después no, tenía el auto en la puerta, yo ya era La Cobra. No me separé, me dejó, me enteré por la tele", indicó y recordó cómo fue el final de la pareja: "Yo no podía hacer nada, mi viejo había muerto ahogado hace cuatro meses, no podía con mi vida. Estaba flaca, horrible, toda nerviosa, muy angustiada".
"Vivía en Nordelta, isla, típico de jugador, y cuando te quejas, viste: «mirá la casa que tenemos en Nordelta...» Y vos decís: «yo no quiero una casa en Nordelta, quiero que me venga a ver mi vieja que no tiene auto»", profundizó e indicó que "en el medio de todo prendo la tele y este señor se estaba tatuando un nombre en su cuerpo. El día anterior se había ido enojado. Ya no iba más".