Dejando una estela de corazones rotos y con las redes sociales ardiendo dijo adiós a sus millones de seguidores Game of Thrones, la popular serie de televisión que se labró su propio final alejado de la saga de novelas que le dio vida.
Tras casi una década de batallas épicas, dragones y reyes que conquistaron la televisión, la historia de los siete reinos dejó sentado un debate sobre la última de sus ocho temporadas, para muchos esperada y para otros toda una decepción.
Imprevisible de principio a fin, la producción de HBO superó con creces los pronósticos de los más avezados e incluso antes de aparecer en las pantallas la última escena, como si de una de sus inolvidables combates se tratara, la sangre llegó al río hasta extenderse por las redes sociales.
Las etiquetas #gameoftrhrones #GOTs8e3 #GameofThrones y #GOTFinale, entre otras tantas, se apoderaron de las redes, donde los memes brotaban a montones y en los que la menor de la casa Stark, Arya, era una de las favoritas a coronarse como la reina.
El descontento con la hasta ahora mimada producción televisiva pareció ir in crescendo a medida que se emitían cada uno de los seis episodios de la última temporada, la cual ya no tuvo como referencia las novelas de George R.R. Martin, como al principio de la serie.
La emoción de los casi dos años de espera por el fin de esta historia dio paso a debates como el vaso de cartón que al parecer se coló en una de las mesas o la decepción que cundió por el nuevo rumbo que tomó el personaje de Danaerys Targaryen.
"Yo en la vida soy como este café del Starbucks en Juego de Tronos, no encajo", alcanzó a bromear la cuenta "Humor de Tronos", sobre uno de los errores que empañaron la temporada final.
Incluso en la página de internet GoT Reddit se inició una campaña entre los miles seguidores de la serie que firmaron una petición para que HBO rehiciera toda la fase final del drama de traiciones y batallas.
Pero entre críticas y desilusiones, los récords de audiencia nunca abandonaron la serie y su penúltimo episodio, "The Bells", fue visto por 12,5 millones de personas en Estados Unidos en la difusión inicial -la mayor audiencia en la historia de la serie- y por 18,4 millones de usuarios de las plataformas de HBO.
Aún se desconocen las cifras del capítulo de cierre, pero todo hace prever que dejará pálidas sus propias estadísticas.
La producción, estrenada en 2001 y que se rodó en diversos puntos de España, Irlanda del Norte, Reino Unido, Croacia, Marruecos, Malta e Islandia, dejó además huella con sus 47 Emmy, récord absoluto en estos galardones.
Como si de una elección en la vida real se tratara, medios de todo el mundo e incluso dos firmas estadounidenses lanzaron sus propias encuestas para conocer la opinión del público sobre el favorito para quedarse con el codiciado Trono de Hierro.
Y para aliviar el dolor de los seguidores, ya se ha anunciado que una serie derivada (spin-off) está en preparación, esta vez con la reconocida Naomi Watts como estrella del elenco.