Un hincha que sale de la clandestinidad para ir a ver un partido en plena dictadura. Una mujer que aguarda a su marido golpeador con un cuchillo a que regrese de la cancha; sabe que va a voler enojado porque el equipo de sus amores perdió. Un pibe que sueña con que la chica que le gusta lo mire hacer un gol. Y con que su papá vuelva a casa, su abuelo ría de nuevo y la nona Haydeé no tenga porqué dar vueltas por la plaza con un pañuelo. Los cuentos que aparecen en El sol era la pelota, “asombran”, dice Ariel Scher que escribió el prólogo. Es el primer libro del periodista Santiago Garat y se presenta este jueves en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645) a las 19.30.
“El fútbol está usado como una excusa para hablar de un montón de otras cosas, diferencias sociales, violencia institucional, violencia de género, derechos humanos”, cuenta Garat en contacto con Rosario3.com y asegura que el libro surgió casi sin pensarlo, después, sí, de varios reclamos de amigos que leían algunas cosas compartidas en Facebook.
Mi abuela se llamaba Haydée. Parecía re chiquita pero en realidad era inmensa, y escribía poesías en cualquier papel. Mi abuela se tiraba peditos como si estuviera sola, se reía de todo y hacía milanesas con gusto a puré. Un día se puso el pañuelo en la cabeza y salió a dar vueltas por la plaza, mi abuela Haydée.
Lector voraz, la birome o el lápiz siempre estuvieron a mano para escribir algo rápido pero sentido. El “Negro”, como le decimos quienes lo queremos, escribe suelto, lindo y con corazón. En muchos de sus cuentos está su propia historia. Su papá, el abogado y docente Eduardo Garat fue desaparecido en la última dictadura militar. Dejó inconcluso un análisis de la Constitución peronista de 1949 que en 2012 salió a la luz con correcciones del propio Santiago.
“Son cuentos cortitos, no me pongo a darles mucho desarrollo. Son cosas que salen, que a uno lo atraviesan. Van apareciendo, mi viejo, mi abuela, la lucha por los derechos humanos, (Rosario) Central. No fue forzado, ni mucho menos”, señala el periodista que también forma parte de la agrupación Hijos y cuya voz y pluma pasaron por varios medios; pero desde hace diez años se lo escucha y lee principalmente en los medios autogestionados de la cooperativa La Masa.
El pibe que pedía cuentos y la lectora “empedernida”
El fútbol no es ventidos tipos corriendo detrás de una pelota. Un cuadro no es una paleta de óleos, un lienzo y un pincel. Un tango no es seis palabras en lunfardo, un farol y un cuchillo. Un cuento no es 30 mil caracteres vomitados en papel.
Roberto Fontanarrosa, Osvaldo Soriano, Eduardo Sacheri, Eduardo Galeano y Jorge Luis Borges –por empecinamiento de un tío materno–, están en el podio de sus autores favoritos. Casi todos, recomendados por su mamá, a quien calificó como una “lectora empedernida”. Algo de todos ellos (y muchos otros) quedaron en su forma de narrar. Pero el Negro tiene estilo propio y se nota. Sensible, agudo, terriblemente real.
“Un cumpleaños pedí que me regalaran sólo cuentos de fútbol”, recuerda Garat que aprendió a escribir a los cuatro y nunca paró. La responsable fue su hermana mayor, Florencia, cuyos dibujos aparecen entre cuento y cuento junto con los de Facundo Vitiello, Sejo Delgado y la propia hija del Negro, Camila.
Debut
El sol era la pelota sale a la cancha este jueves a las 19.30 en el Complejo Cultural Atlas (Mitre 645). La presentación correrá por cuenta de Manolo Robles y Pablo Bilsky, otros dos miembros de La Masa que este 2018 cumple diez años.