En medio de su recuperación tras el infarto que sufrió en Bogotá (Colombia), Jorge Rial volvió este lunes a Argenzuela (Radio 10) y dio detalles sobre el episodio. "Estuvieron 10 minutos tratando de reanimarme", reveló.
Desde que se conoció la noticia, la salud del periodista y conductor se volvió tema de conversación. Unos días después de arribar a Argentina en un avión sanitario, fue el mismo quien precisó en primera persona lo ocurrido.
"Primero, perdón por la voz, es la que quedó después de haber tenido un año 14 horas en la garganta. Un espectro, casi me convierto en eso. Pasé a saludar porque los extraño y sé que la pasaron mal, que se sufrió mucho, mucha angustia", empezó.
En el mismo relato, el exconductor de Intrusos (América TV) agregó: "Fue muy angustiante lo que pasamos todos hace 20 días en Colombia. En donde estaba y en donde me atravesó la situación que todavía estoy tratando de reconstruir. Una situación extrema que nadie pensó que me iba a pasar y que me tocó".
"Lo primero que me atravesó fue el cuerpo, estoy haciendo las primeras salidas estoy saliendo a caminar. Y después, la cabeza. La cabeza me la partió en mil pedazos porque nadie está preparado para morirse. Literalmente fue lo que me pasó: la hoja clínica dice «muerte súbita». Estuvieron más o menos 10 minutos tratando de reanimarme, me dieron tres descargar eléctricas y me cagaron literalmente a palos", detalló.
"Todavía no lo asumo. Lo cuento y parece que estoy tocando la historia de otro, pero es la mía. Realmente fue terrible y tuve mucha suerte", dijo consternado.
Además, aclaró que "no fue un coma inducido" sino que "estuvo 14 horas sedado y dormido". "Me tuvieron que sedar mucho porque no lograban encontrar el punto ese, técnicamente lo que tuve fue un paro cardíaco con muerte súbita", dijo.
Para concluir, el conductor sostuvo que "la muerte no es dolorosa sino es un lugar cálido. Ese momento es absolutamente glorioso, es cálido, calentito. Te atrae, te lleva, te llama". "El dolor es el que dejás pero le quiero decir a todos que es un momento glorioso, es cálido, es lindo, te atrae, te lleva. Escuché la voz de mi nieto que me decía «dale tata, dale». Yo lo escuchaba y me desesperaba".