¿Qué es lo más bizarro que te pasó en un recital? Bueno, quizás le empate pero es poco probable que supere el ¿amor? por la música de uno de los asistentes al show que Fito Páez dio el último viernes en el teatro del Auditorio Fundación.
El muchacho de marras llevó al tercer concierto local de la gira Solo piano su guitarra y la rasgó durante todo el recital.
Podés imaginar la felicidad que se supone debe haber provocado el “violero desconocido” entre el público de la Tertulia.
Ahora, hay que decir que el muchacho, más allá del odio y los comentarios ajenos, tocó con Fito. O casi.
A un costado y lejos de la anécdota, Fito recorrió anoche parte de su discografía mayormente sentado al piano. El show estuvo marcado por el pulso de la emotividad y los aplausos.
En casi una hora y media, el músico para el que "Rosario siempre estuvo cerca" abrió con "Dar es dar" y siguieron "La rueda mágica", "11 y 6", "Tumbas de la gloria" y "Gracias a la vida", entre otras canciones.
Para los bises: "Yo vengo a ofrecer mi corazón" –sólo su voz y la acústica de la sala– y "Dale alegría a mi corazón".
Para guardaren el apartado "grandes momentos de un recital": "Una vuelta más", a dúo con Rubén Goldín (voz y guitarra).
Y ya en el terreno de la épica: la versión de "Viejo mundo" que Fito, Goldín y Fabián Gallardo entregaron a las y los asistentes al concierto con localidades agotadas.