Tras la presentación de Enrique Iglesias en un show en Santander, España, donde no cumplió con las expectativas del publico, comenzaron a abuchearlo y le terminaron cantando: “Manos arriba. Esto es un atraco”.
El malestar de los espectadores se fue gestando a lo largo del recital. Después de un retraso de más de media hora, el hijo de Julio Iglesias salió al escenario bien arriba e interpretó directamente su gran éxito mundial, "Súbeme la radio".
Al ritmo de un auditorio emocionado que bailaba y cantaba sus hits, el intérprete siguió con "I Like How It Feels" y "Freak". Pero la alegría duró poco, el público comenzó a detectar que el artista poco a poco dejaba de cantar, para apoyarse en sus músicos y en una puesta en escena llena de luces para tapar la falta de ejecución de sus temas. Mientras que en la pantalla gigante sólo se podían apreciar imágenes de su banda y las vocalistas.
Cuando Iglesias se dio cuenta de la frialdad de sus fans, pidió disculpas y atribuyó sus errores a sus nervios tras volver a actuar en España después de tanto tiempo. Pero el ambiente no cambió y el público se terminó por enardecer.
Como consecuencia el cantante abanadonó sin mediar palabras el escenario, de inmediato los músicos empezaron a recoger sus cosas y la gente en vez de pedir "bis" como es habitual en los conciertos comenzó a corear: "Manos arriba. Esto es un atraco".
La desagradable situación rápidamente saltó a las redes sociales y se multiplicaron las críticas. Pero al parecer, ajeno a la polémica, Enrique Iglesias escribió en su cuenta de Twitter: "Gracias por una noche mágica, Santander".