Este domingo se cumplen trece años de la muerte de Roberto Alfredo Fontanarrosa. El Negro había nacido en Rosario el 26 de noviembre de 1944, en un antiguo edificio de la esquina de Catamarca y Corrientes.
Humorista, narrador, pensador y reconocido hincha de Rosario Central, su figura tuvo su réplica en las redes sociales.
En sus trazos, El Negro arrancó sonrisas acá y en todas partes. Su carrera comenzó a finales de los años 60, como dibujante humorístico en la revista rosarina Boom
Para principios de los 70 sumó sus trabajos en las revistas Hortensia y Satiricón y, finalmente, el creador de Boogie El Aceitoso y el gaucho Inodoro Pereyra y su perro Mendieta, desembarcó en el diario Clarín.
El apego por el fútbol lo plasmó en buena parte de sus cuentos. "Si hubiera que ponerle música de fondo a mi vida, sería la transmisión de los partidos de fútbol", sostenía Fontanarrosa.
El mundo ha vivido equivocado (1982), No sé si he sido claro (1986), La mesa de los galanes (1995), Te digo más... (2001), Usted no me lo va a creer (2003) y Negar todo (2013), son algunos de los libros que reúnen sus relatos.
En el cine, se lo escucha en el documental Cine Negro (2006), entrevistado por la directora Mariana Wenger; y ¿De quién es el portaligas? (2007), donde hizo de “juez”, por citar sólo dos títulos.
También colaboró en los guiones de los largometrajes Cuestión de principios (2009), Metegol (2012) y Boogie, el aceitoso: la película (2009).
La lista de créditos de Roberto Fontanarrosa es mucho más extensa y podría continuar si se sumaran las anécdotas personales.
Más allá de esta casi imposible enumeración, su participación en el III Congreso Internacional de la Lengua Española organizado en Rosario es, asimismo, uno de sus “momentos” más recordados.