Luego de divertirse en la noche de los premios Martín Fierro, Vicky recibió malas noticias. El fiscal Carlos Rívolo pidió este lunes que se envíe a juicio oral a la vedette Victoria Xipolitakis y a dos pilotos de Austral por poner en riesgo un vuelo que partió desde el aeroparque Jorge Newbery hacia la ciudad de Rosario.
En un escrito ante el juez federal Sergio Torres, Rívolo consideró acreditado que tanto Xipolitakis como los pilotos Patricio Zocchi Molina y Federico Soaje deben ir a juicio oral acusados de poner en peligro la seguridad del vuelo AU 2708 de Austral Línea Aéreas del 22 de junio del año pasado.
Según detallaron medios porteños, el artículo 190 del Código Penal de la Nación castiga con una pena de dos a ocho años al que "a sabiendas ejecutare cualquier acto que ponga en peligro la seguridad de una nave, construcción flotante o aeronave".
A criterio del fiscal, los pilotos pusieron en peligro la seguridad del vuelo AU 2708, al permitirle a la vedette operar el acelerador del avión Embraer 190 durante el despegue, entre otras irregularidades detectadas.
El fiscal sostuvo que "quedó evidenciado" que Xipolitakis fue invitada por el comandante Zocchi Molina a ingresar y permanecer en el cockpit de la aeronave Embraer 190 "en el vuelo AU 2708 del 22/6/15 que fuera piloteada por Soaje, quien aceptó que la nombrada viajara en la cabina".
Rívolo precisó que los videos obtenidos "ratifican de manera certera" que la vedette "operó el acelerador y Soaje (piloto flying) fue quien le dio las indicaciones relativas a «cómo y cuándo acelerar, si había que acelerar más y cuándo soltar»".
El juez federal Sergio Torres procesó a Xipolitakis, Soaje y Zocchi en noviembre pasado y les trabó un embargo de 250 mil pesos a cada uno.
El video del denominado vuelo del escándalo fue difundido en junio del año pasado por Telenoche. El avión de Austral repleto de pasajeros partió desde el aeroparque Jorge Newbery hacia Rosario.
En las imágenes difundidas en TV, se escuchaba a Xipolitakis hablando y bromeando sobre la situación con los pilotos. Además, los encargados del vuelo le permitían tocar los controles, algo vedado por las reglas internacionales de aviación, y grabando con su celular.